¿Qué es lo peor que puede pasar haciendo una exposición pública? ¿Quedarse en blanco?¿Hacer el ridículo? Estos son los mayores temores de los alumnos y alumnas de oratoria de Carles Lombarte, en su mayoría directivos y empresarios. Para evitar estos problemas se ha publicado “El método Lombarte”, un libro que nos ayuda con los problemas que plantea hablar en público.
Demóstenes de Peania, considerado el mejor orador de la antigua Grecia, era tartamudo. Igual que el rey Jorge VI, en el cual se inspira el famoso film “El discurso del rey”. De esta premisa parte Carles Lombarte, formador en oratoria, debate y comunicación, que defiende que incluso partiendo con desventaja, cualquier persona puede acabar dominando el arte de hablar en público. Explica cómo con su revolucionario método y 10 consejos clave.
Carles Lombarte recomienda siempre a sus alumnos, la mayoría directivos y empresarios, tirarse a la piscina. “Nadie nace sabiendo, practicar es la clave para perder el miedo”, afirma Lombarte.
La diferencia entre “El Método Lombarte” y otros métodos es el learning by doing. Es decir, aprender mediante la acción combinada con la gamificación, juegos o situaciones divertidas que ayudan al alumno a interiorizar mejor los conceptos cuando salen de su zona de confort. El método es totalmente personalizable en función de las características personales del alumno y trabajando otras claves como la comunicación no verbal, el tono, la velocidad, el ritmo empleado, etc. Pero hay una serie de recomendaciones que son comunes:
- Conocer el material. Es importante escoger algún tema que suscite interés e investigar sobre él tanto como se pueda. Estar muy informado ayudará a plantearlo con mayor seguridad. Esto no significa que haya que emplear toda la información recopilada.
- Discurso ensayado, aplauso asegurado. Hay que salir al escenario con el texto bien aprendido. No es necesario memorizarlo, pero si se quiere tener éxito, hay que ensayarlo. Con cuatro veces basta. Los tres primeros golpes son para hacer pruebas y el cuarto se hará unas horas antes de la ponencia. El ensayo se hará de un tirón.
- Controlar el tiempo de la intervención. Se ha estimado en 21 minutos el tiempo que una persona atiende sin distraerse a una comunicación, así que conviene respetar el tiempo previsto de intervención.
- Conocer a las personas. Saber a qué tipo de público se va a dirigir el discurso es algo positivo. A medida que van llegando al auditorio, presentarse y preguntarles algo para saber más sobre ellas permitirá establecer una mayor conexión.
- Preparar un inicio y un final de impacto. El primer minuto es muy importante. Hay que crear un inicio que atrape y capte la atención del público. Y se debe contar, igualmente, con un final impactante. Está demostrado que el inicio y la despedida son los dos momentos que concitan una mayor atención del público.
- Cuidar la comunicación no verbal. El psicólogo alemán Albert Mehrabian concluyó en los años 80 que, cuando comunicamos, el 93% del mensaje recae sobre la comunicación no verbal (55% lenguaje corporal y 38% paraverbal) mientras que solo el 7% son nuestras palabras.
- Evitar Bloqueos. Uno de los miedos más habituales en la oratoria tiene que ver con quedarse en blanco frente a un auditorio. En este caso, lo mejor es tener una pequeña “chuleta” que puede ser el guion de nuestra presentación que nos ayudara en caso de llegar el temido “momento en blanco”.
- Manejar el silencio. Se trata de un lenguaje, ya que algunos silencios pueden comunicar. Otros son evocadores, es muy útil para crear expectación antes de decir algo importante.
- Gestionar bien las emociones. Un buen orador sabe gestionar sus emociones (alegría, tristeza, miedo, sorpresa, enfado y asco) de manera adecuada para mostrarse siempre sereno, tranquilo, equilibrado y no llegar nunca a la ira, perder los estribos, etc.
- Utilizar las 3 claves de la oratoria. Las claves que hemos comprobado en los grandes oradores de la Historia: naturalidad (ser tú mismo), humildad (no creerte más que nadie, no ser prepotente al hablar en público) y, hablar desde el corazón (con ganas, con pasión, con ilusión…) Son tres claves que te ayudan a salir de cualquier situación que te pueda pasar al hablar en público.