El sector del lujo parece estar vetado para las pymes. Cada vez que hablamos del sector del lujo pensamos en grandes multinacionales, cadenas hoteles y firmas a nivel mundial, pero no se nos ocurre pensar en una microempresa de, como mucho 10 trabajadores. Son precisamente estas microempresas las que abundan en España y, hay algunas, que han conseguido ponerse a la altura de las grandes empresas. Lovebite es un ejemplo y, desde su experiencia, nos ofrece cinco consejos para acceder al sector del lujo siendo una pyme:
Las microempresas – de uno a nueve trabajadores – conforman una gran mayoría de las empresas españolas pero, no son las que suelen estar en boca de todos. Entonces, surgen preguntas como: “¿puede una pyme llegar a lo más alto?”, “¿puede ser tan conocida como una gran empresa?”, “¿puede competir con grandes empresas?”, “¿puede operar internacionalmente?”. Empresas como esta agencia de publicidad, que se incluyen en el grupo de microempresas, demuestran que existe una respuesta afirmativa a todas estas preguntas. Toda gran empresa fue pyme alguna vez y, algunas pymes, ya están consiguiendo estos objetivos.
Lovebite está especializada en lifestyle y marcas prémium y de lujo, lo que – en un primer vistazo – parece una contradicción, pero confirma que una pequeña empresa puede desenvolverse como una grande. Se trata de una pyme que mueve marcas internacionales entre su portfolio de clientes. Desde su creación en 2014 y hasta la fecha, ha realizado trabajos para firmas de la talla de Puig, Elizabeth Arden, Angelini Beauty, Amyris, Montibello y Freixenet. Además, ha demostrado que aún siendo pequeño, no solo es posible llegar alto, sino que estas empresas pueden convertirse en aspiracionales y prémium. Los ‘Lovebiters’ o socios de esta agencia, Denise Rubin, Kirsa Plewnia y Tom O’Brien, aportan, según su propia experiencia, cinco claves para no morir siendo pyme en el sector del lujo y las marcas prémium:
1. Saber decir “no”
Muchas pequeñas empresas, en su afán por crecer, no son capaces de escoger a su cliente y aceptan todas las propuestas de colaboración, sin tener en cuenta cuestiones que aseguren el éxito para ambas partes. Ni una empresa va a poder satisfacer a todo tipo de clientes de la manera apropiada, ni todos los clientes son los adecuados – a largo plazo – para una empresa. Esto adquiere especial importancia en el ámbito de las marcas prémium y de belleza. Lovebite es consciente de que sus ideas creativas construyen su propia reputación y, por eso, en beneficio de todos solo acepta aquellos trabajos para los que pueden aportar el máximo estándar de trabajo, dejando al margen aquellos casos en los que la empresa no está segura – al cien por cien – de poder aportar una calidad sobresaliente de forma constante.
2. Centrarse en una especialidad
No se puede ser bueno en todo y tampoco conviene serlo. Centrarse en un nicho de mercado, una vez más, conlleva tanto ventajas para la empresa como para sus clientes. Por un lado, no se puede ofrecer la máxima excelencia en aquello que no se domina al mismo nivel que tu servicio estrella y que, además, quita tiempo a otros proyectos para llegar a lo más alto. Por otra parte, a nivel de comunicación de la propia empresa, hay que contar con una USP (unique selling proposition), es decir, si explicamos que somos buenos en un sector concreto, a nuestros potenciales clientes les será más fácil identificarnos y será más sencillo hacernos con un territorio de marca.
3. Acoger la diversidad y colaborar con partners y colaboradores que complementen nuestras habilidades
Las pymes necesitan elegir sus recursos cuidadosamente. En el caso de Lovebite, trabajan con un conjunto de profesionales que cuentan con una amplia experiencia y que proceden de diversos ambientes culturales, con experiencia en una amplia gama de disciplinas.
4. Trabajar más duro y vestir diferentes sombreros
Las pequeñas empresas son, a menudo, más competitivas porque son ágiles y esquivan la jerarquía de las grandes que, en ocasiones, son competidores más lentos. Lovebite explica que para que esta agilidad se produzca, se deben «vestir varios sombreros», es decir, que las personas a las que- dentro de la empresa – se les considera creativas, también pueden diseñar una buena estrategia, así como las que atienden a los clientes pueden ser creativas o los compañeros de digital y social media convertirse en comerciales. Lovebite, asegura que su sistema de trabajo es más fuerte gracias a la agilidad de sus trabajadores.
5. Estar seguro de sí mismo y ser valiente
Desde esta empresa, aseguran que poseer un pequeño negocio no es para débiles. Sus profesionales cuentan con décadas de experiencia trabajando con marcas de lujo en agencias de publicidad internacionales y, ahora, después de tres años, demuestran cada día que pueden poner en circulación trabajos elegantes y creativos en entornos más pequeños, desafiantes y menos tradicionales. No hay que tener miedo a competir con las empresas más grandes porque, todos, comenzaron siendo pequeños.