Cada vez son más las pymes que ven en la internacionalización una oportunidad de negocio, pero llevar a cabo una estrategia de internacionalización no es sencillo y requiere una planificación previa y un análisis en profundidad de nuestra empresa. Sin embargo, el primer reto al que se enfrentan las pequeñas empresas dispuesta a emprender en el extranjero es la barrera de los idiomas y es que solo el 20% de las pymes españolas cuentan con una estrategia en este sentido.
Según un análisis de la consultora de idiomas Hexagone, sólo 2 de cada 10 empresas españolas cuentan con una estrategia de idiomas definida. En un mercado globalizado donde vender fuera de las fronteras es ya lo normal, esta estrategia se convierte en un componente esencial para la internacionalización de las empresas.
Según los datos que maneja de la Consultora de formación de idiomas, Hexagone, 7 de cada 10 directores de empresa PYMES no tienen el nivel suficiente de inglés para negociar o comunicarse a nivel empresarial fuera de España. Esto supone un auténtico obstáculo para la expansión internacional de las empresas españolas.
“A nuestra consultora llegan a menudo directores de empresa que desconocen de la existencia de una estrategia de idiomas enfocada especialmente para el aprendizaje de inglés en las empresas. La estrategia de idiomas se crea para el desarrollo de negocio fuera de las fronteras precisamente en una época en la que el mercado es global y accesible para todos. Tiene el objetivo final de permitir comunicarse a nivel internacional y así lograr mayor crecimiento para la empresa adaptando el mensaje a cada uno de los mercados”, explica Gaëlle Schaefer, directora de Hexagone.
El mercado actual es un mercado global al que no sólo acceden las grandes multinacionales sino también las pymes. Ya sean productos o servicios, cada vez es más común encontrar casos de empresas y negocios con presencia internacional. La falta de una lengua común en este caso genera un ambiente de trabajo caótico, ineficiente y una pérdida de oportunidades muy grande.
En este sentido, según ha podido comprobar la consultora de formación de idiomas, 3 de cada 5 empresas españolas que crecen en el extranjero lo achacan principalmente a las facilidades que les ofrece la comunicación en un idioma común. Tanto para negociar, para comprender la cultura como para lograr una proyección internacional.
“Uno de los principales métodos de supervivencia de las empresas que nos encontramos para comunicarse en un idioma que no es el español es la contratación de becarios o personal de bajo nivel sólo para realizar tareas de interpretación o traducción. Se trata de un grave error por parte de las empresas ya que se está dejando en manos de personal, poco cualificado a nivel empresarial, la imagen y una responsabilidad de comunicación que no le corresponde. Nadie mejor que un directivo o director de una empresa es capaz de transmitir los valores para una negociación internacional”, explica Gaëlle Schaefer.
Según Hexagone, 4 de cada 10 directores de empresa no sabe comunicarse en inglés ni mantener una conversación fluida y comprensiva, el denominado idioma empresarial por excelencia. Esto supone un grave problema para el crecimiento de sus negocios fuera de las fronteras. “En plena era digital es fácil saltar las fronteras y captar el interés de inversores o consumidores extranjeros. El inglés es el idioma oficial a nivel mundial por el que todos los profesionales pueden comunicarse en los negocios”, explica la directora de Hexagone.
La tendencia respecto a la estrategia de idiomas es clara tanto entre las empresas españolas que buscan hacerse un hueco en el mercado internacional, como entre las compañías europeas que necesitan un idioma común. Se trata de la única manera de trabajar con eficacia, pero también de hacerse con una cultura empresarial propia ajena a los problemas que se puedan presentar entre trabajadores de distintas procedencias. El llamado “inglés internacional”, de hecho, cumple esa función de ser un idioma de todos, sin estar ligado a una nacionalidad concreta.