2018 y 2019 se cruzarán levemente, durante décimas de segundo. La despedida del año que se va no se llevará las lágrimas, ni las risas que nos deparó, formando parte de ese legado que la vida nos va dejando, que nos hace más sabios, más fuertes, más seguros.
Esperaremos lo mejor del año entrante y depositaremos en sus doce meses nuestros sueños. Entre uvas, brindis y buenos deseos, el calendario cambiará de hoja y el reloj comenzará a marcar una nueva cuenta atrás. La de un año que promete mucho y al que tendremos que ayudar con nuestra actitud para que no se quede tan solo en una promesa.
Por esas promesas, sueños y las realidades les deseamos un FELIZ 2019.