Puede parecer increíble que a punto de acabar la primera década del siglo XXI todavía haya empresas que no cuenten con una página web, pero la realidad se impone. ¿Las consecuencias? Los negocios sin web pierden hasta un 25 % de clientes potenciales. Así se pone de manifiesto en el informe “¿Tu negocio tiene web? – Oportunidades y retos que plantea el entorno digital a los autónomos y pequeñas empresas de España en 2019”, presentado por la compañía GoDaddy, especializada en dar a los emprendedores las herramientas necesarias para triunfar online. Un estudio con el que se pretende dar a conocer la relación de las pequeñas empresas con Internet, así como los gustos y necesidades del cliente digital.
El estudio confirma que, si bien para el 98 % de los consumidores una web es muy importante, no llega al 50 % el porcentaje de empresas encuestadas que cuenta con una página web porque no es algo a lo que den prioridad y, por lo tanto, pueden dejar de cumplir con las expectativas de los consumidores, tal y como afirma Lola Puerta, directora general de GoDaddy para la región del Sur de Europa.
Para Juan Antonio de Esquíroz, secretario general de AJE (Asociación de Jóvenes Empresarios de Madrid), los principales obstáculos a los que se enfrentan las pymes para dar el salto a Internet son la falta de conocimientos tecnológicos y el dinero a invertir ya que, según el directivo, aunque consideran que necesitan la página web, no priorizan esta tarea porque consideran que necesitan habilidades técnicas, y que el desarrollo y la gestión implican una gran inversión de tiempo y dinero.
Sin embargo, estos miedos son infundados. Un tercio de los encuestados cree que el coste de crear un sitio web es de unos 1.000 euros, pero tal y como destaca Lola Puerta, con el creador de páginas web se puede crear una en menos de una hora, sea cual sea el conocimiento del usuario, por 75 euros al año, no solo el sitio web, también su gestión diaria. Al tiempo que “cuentan con herramientas online fáciles de usar y asequibles, que pueden representar una inversión para ayudar al crecimiento de la compañía.
Otro elemento fundamental es la reputación digital ya que el 79 % de los usuarios no compraría un producto o servicio que tuviera malas críticas en Internet. Aunque también hay otros factores que inhiben las compras como la variación de precios entre tienda física y online, fotos que no se corresponden con el producto y la falta de facilidades en los procesos de pago. Por ello, “es importante que las empresas cumplan con lo que prometen y que sean transparentes y realistas con el servicio o producto que ofrecen, de modo que el cliente no experimente una experiencia negativa.
Todo esto ayuda a mejorar la imagen de marca y la reputación online de las pequeñas empresas”, asegura Puerta. Y mantener las páginas web actualizadas, subraya Esquíroz, teniendo en cuenta las tendencias del momento y los nuevos productos o servicios que ofrezca la marca.