Es un hecho que los periodos de inestabilidad mundial, como los sucesivos que venimos viviendo desde hace dos años, afectan especialmente a las pymes que, en el caso de España, venían representando casi la totalidad del tejido empresarial hasta principios de 2020. Por eso, estas empresas son las que tienen una mayor necesidad de implementar una transformación de su negocio con el fin de garantizar la continuidad del mismo.
Estamos hablando de un colectivo empresarial con muchos retos en materia de seguridad física, entendida no solo como la protección contra robos, vandalismo u otras acciones intencionadas (security en inglés), sino también como la protección frente a incendios, inundaciones y otras situaciones accidentales que pueden poner en riesgo la integridad de las personas y la continuidad del negocio, (lo que en inglés se conoce como safety).
El riesgo de partida que afrontan las pymes es precisamente no contar con un análisis de riesgos adecuado y actualizado. Esto resulta fundamental para poder establecer la política de seguridad adecuada, que proteja unos aspectos críticos que difieren no ya solo en cada sector sino también en cada negocio en particular. Es también clave para ahorrar costes ya que ayuda a determinar qué elementos de seguridad se necesitan exactamente.
El reto para muchas empresas pequeñas y medianas es habitualmente encontrar el equilibrio entre la seguridad básica de una alarma comercial y la opción de una vigilancia tradicional, mediante un vigilante de seguridad constantemente presente en sus instalaciones. La primera puede resultar insuficiente para cubrir los riesgos de muchos negocios mientras que la segunda supone unos costes altos y, en muchos casos, innecesarios para buena parte de las pymes.
Ese equilibrio lo encuentran muchas empresas en una modalidad de servicio de vigilancia que ya existía antes, pero que en los últimos dos años se ha posicionado como el perfecto aliado para aquellas empresas que tienen presupuestos limitados en materia de seguridad, como es el caso de las pymes. Estamos hablando de los servicios de vigilancia itinerante, discontinua, o mobile.
Pero ¿en qué consiste exactamente la vigilancia mobile? Se trata de rondas de vigilancia en diferentes instalaciones, realizadas a lo largo de una ruta por un mismo vigilante. Esto permite una protección óptima con un coste contenido, ya que este se “comparte” con otras empresas e instalaciones de una misma zona. Para mantener su capacidad disuasoria, los horarios de estas rondas tienen que ir variando, de manera que no resulten previsibles para posibles intrusos.
La protección que proporcionan estos servicios va más allá de la propia seguridad ante robos e intrusiones y abarca otros aspectos de la continuidad del negocio, como la comprobación de parámetros críticos (cadena de frío, funcionamiento de equipos…), prevención de accidentes (inundaciones, incendios…) o ahorro energético (apagado de luces, agua…). Es decir, pueden utilizarse para prevenir una gran variedad de situaciones y responder rápidamente ante las mismas.
Para que esta función preventiva sea realmente efectiva resulta fundamental realizar un trabajo previo de análisis de riesgos en el que el cliente y un consultor de seguridad colaboren en el diseño de las rondas, teniendo en cuenta las características de la instalación, del tipo de negocio o de la zona en la que opera entre otros muchos factores. De esta manera se podrán establecer los puntos críticos a revisar en cada una de las rondas, así como la programación horaria de las mismas.
Otro aspecto muy importante a la hora de elegir un socio de vigilancia itinerante es el nivel de transparencia que ofrezca. El cliente debe poder comprobar en todo momento la realización efectiva de los servicios que ha contratado además de obtener información en tiempo real sobre el estado de sus instalaciones que le permita tomar las decisiones adecuadas. Esto se consigue mediante la digitalización del vigilante con las herramientas móviles adecuadas y la conexión del cliente con aplicaciones y portales específicos que permitan acceder a informes, incidencias, fotografías, etc., en todo momento y desde cualquier lugar.
Otra de las claves es contar con profesionales especializados en este tipo de vigilancia dinámica, que tiene unas exigencias particulares respecto a la tradicional, incluyendo la necesidad de conocer perfectamente las características geográficas y de riesgos de las zonas en las que se opera para poder ofrecer un servicio de calidad.
Por último, resulta muy deseable que la vigilancia itinerante pueda complementarse con servicios de seguridad electrónica y protección contra incendios conectados a centros de seguridad especializados para contar con una solución de seguridad integral, de alta calidad y a un precio competitivo. Así se consigue un nivel de protección a medida y adaptado a las distintas necesidades en cuanto a horarios, tamaño de instalación, actividad e incluso situaciones imprevistas, ya que esta modalidad tiene una gran adaptabilidad con bajos tiempos de respuesta ante posibles cambios.
Por todo ello, muy pocas empresas pueden ofrecer estos servicios, y menos aún en la totalidad del territorio nacional, ya que esto exige unos niveles de capilaridad, conocimiento, tecnología, recursos humanos o flota solo al alcance de los más grandes.
En resumen, siempre es fundamental optar por el partner adecuado para la vigilancia discontinua, que será aquel que se adapte a las circunstancias concretas del negocio, y que ofrezca, entre otros, los siguientes beneficios: capilaridad de personal y flota para cubrir con garantías las distintas zonas geográficas; vigilantes especialmente cualificados; análisis de riesgos personalizados realizados por consultores de seguridad que conocen perfectamente la zona a cubrir; transparencia en cuanto a la calidad del servicio y a cualquier incidencia; herramientas digitales para registrar cada ronda; y posibilidad de combinar el servicio con sistemas de seguridad electrónica conectados a un centro de control especializado para maximizar la seguridad.
La vigilancia itinerante o mobile es una opción accesible y adecuada para un buen número de pymes. Más aún en un momento en el que la búsqueda de nuevas soluciones resulta fundamental para la continuidad y la viabilidad económica de los negocios. Por eso no es de extrañar que sea la solución de seguridad que más están demandando las pequeñas y medianas empresas. El equilibrio entre un coste ajustado y una capacidad preventiva y disuasoria mucho más completa que la de las alarmas tradicionales, convierte a la seguridad Mobile en un aliado ideal. La clave está en encontrar al socio adecuado.
Ignacio González Aparicio
Director de Soluciones Mobile de Securitas Seguridad España