Tras ocho años en el mercado Aircall está viviendo un momento dulce. La compañía, que acaba de inaugurar oficina en Madrid, ha conseguido hace unos meses el estado de Centauro con un ARR de 100 millones de dólares y hace un año alcanzó una valoración de 1.000 millones de dólares. Pero los inicios, como asegura Oliver Pailhès, cofundador de Aircall, “fueron muy complicados”.
El proveedor de telefonía en la nube nació en 2014 cuando Pailhès residía en España y las soluciones de telefonía “eran muy básicas y no estaban disponibles como software en la nube”, comenta. Tras dos años difíciles fue en 2016 cuando Aircall comenzó a recaudar dinero y su crecimiento se volvió realmente importante. Momento en el que “decidimos formar el equipo en América y expandirnos a Reino Unido, Alemania y Australia”.
Coincidiendo con este buen momento, en el que Aircall está ofreciendo servicios y productos únicos que están obteniendo el reconocimiento y respaldo del mercado, la dirección cambia de manos. Desde el pasado dos de septiembre Michael Hask es el nuevo director ejecutivo de la compañía. “Michael llega para liderar esta nueva etapa de Aircall porque creo que tiene la experiencia necesaria para guiar la compañía y convertirla en líder mundial”, asegura Pailhès.
Por su parte, Hask afirma que “lo conseguido por Aircall en estos años es increíble, muy pocas empresas logran un crecimiento así”. Sin embargo, comenta que “es el momento de enfocarse en el negocio y utilizar los recursos para conseguir nuestro objetivo, ser el número uno a nivel mundial”. Además, el nuevo CEO explica que “tenemos que analizar qué cosas estamos haciendo bien y descubrir cuál es nuestra mejor oportunidad de negocio para enfocarnos en esa dirección”.
Sobre los objetivos para esta nueva era tanto Pailhès como Hask señalan cubrir las necesidades del mayor número de empresas posible como el objetivo principal, junto, con el de llegar a ser líderes mundiales. Hask también indica como metas conseguir que “Aircall sea un excelente lugar para trabajar y una empresa que perdure durante décadas”, así como enfocarnos hacia las mejores oportunidades de negocio con el fin de llevar a “la compañía al siguiente nivel y ofrecer a los clientes el máximo potencial”.
Aircall en España
Hace unas semanas Aircall inauguró su oficina de Madrid. Una oficina que supone la tercera en Europa y que llega en un momento en el que el mercado está en pleno crecimiento. “Estamos en muchos mercados en los que podemos ver claras diferencias”, comenta Pailhès. “Creo que España, que históricamente ha visto la telefonía como algo básico, viene pisando fuerte en nuevas tecnologías”, añade. Un hecho por el que, como asegura, “nuestro papel en el mercado español es el de educar primero, ya que no está tan avanzado como otros mercados”.
Esta formación del mercado y los clientes es para Pailhès la función de Aircall en España en estos momentos, pero también supone todo un retos. “Yo lo veo como un gran desafío el instruir al mercado español, el cual es uno de los mercados que más rápido está creciendo”, concluye.