Tras casi un año de la aprobación de la tramitación parlamentaria de la Ley de Startups, esta sigue adelante tras haber sido aprobada recientemente por la mayor parte de los principales grupos parlamentarios del Congreso. El siguiente paso será remitirla al Senado para continuar allí su tramitación. Una ley fundamental en un país como España en el que operan más de 11.000 startups que dan empleo a 140.000 personas, situándonos en cuarta posición en Europa en esta materia.
Durante el último año el proyecto ha sufrido modificaciones con un total de 80 nuevas enmiendas entre las que se encuentran permitir que las cooperativas puedan acogerse al régimen de empresas emergentes. Otra pasa por el reconocimiento de la capacidad de la Agencia Tributaria para comprobar si se mantienen las condiciones que las empresas emergentes tienen que cumplir para beneficiarse de las exenciones fiscales, elevando el umbral de penalización previsto para revertir estos beneficios cuando haya condena a uno de los socios. Esto se aplicará si este cuenta con al menos un 5 % del capital. También la ampliación hasta dos años del permiso para que estudiantes extranjeros de educación superior puedan encontrar empleo o iniciar un proyecto empresarial al finalizar sus estudios. Al tiempo que se ha aprobado una disposición para crear la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial o se permite que un mismo socio pueda registrar hasta una cuarta startup y acogerse a los beneficios previstos, ampliando en una sociedad más el límite previsto en la norma, por poner algunos ejemplos.
Los beneficios fiscales contemplados en el proyecto aprobado por el Gobierno permanecen igual, con una fiscalidad favorable tanto para las empresas como para los trabajadores.
Desde la plataforma Capboard, diseñada para gestionar equity, inversores y planes de incentivos en Europa, destacan los seis pilares en los que se basa la norma entre los que figuran acelerar el crecimiento de las inversiones en startups con el fin de situar a nuestro país a la altura de Alemania y Francia, sobre todo para startups en etapas iniciales, aumentando la deducción de la cantidad invertida del 30 al 50 %, además de aumentar el límite de 60.000 a 100.000 euros.
Una mayor atracción del talento, estableciendo las condiciones óptimas para atraer, retener y desarrollar a los mejores profesionales.
Fomentar la escalabilidad de las empresas, para que los emprendedores piensen en crecer en lugar de vender.
Invertir en un sector público emprendedor, capaz de impulsar la innovación, la productividad y la inclusión social. Y reducir la carga fiscal para las empresas emergentes como, por ejemplo, la rebaja del impuesto de sociedades hasta el 15 % durante los cuatro primeros años; la posibilidad de aplazar la deuda tributaria o la eliminación de la obligación de pagos fraccionados. Todo ello junto a una mejora de la fiscalidad de las fórmulas retributivas basadas en la entrega de acciones o participaciones a los empleados de las stock options.