La productividad de las pymes españolas sigue en caída libre. Según el último informe de CEPYME, ésta acumula seis trimestres consecutivos de retroceso. El aumento constante de los costes, especialmente los laborales, combinado con una financiación más cara y el problema de la morosidad, lastran la capacidad de las empresas para invertir y ser competitivas.
Desde CEPYME se advierte de la necesidad de tener en cuenta la situación de la pyme española a la hora de tomar medidas que supongan un nuevo aumento de costes que agrave más todavía su productividad.
La productividad, medida como el volumen medio de ventas por empleado, retrocedió un 2,3 % en segundo trimestre de 2024 en términos interanuales y es un 1,7 % inferior a la del mismo periodo de 2019, año prepandemia. La pérdida de productividad en el segundo trimestre fue más acentuada en el caso de las medianas empresas (-3,1 %) que en el de las pequeñas (-1, 9%), si bien en estas últimas el deterioro de este indicador encadena 18 meses de descensos, frente a 15 meses en el caso de las medianas.
De esta forma, la baja productividad se configura como uno de los principales problemas de las pequeñas y medianas empresas y afecta a la rentabilidad de estas compañías, manteniéndose la rentabilidad bruta por asalariado un 2,6% por debajo de los niveles prepandemia.