La última Encuesta de Población Activa (EPA) del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra que el empleo creció en 138.300 personas durante el tercer trimestre del año y rebaja ya los 21 millones de ocupados. A pesar de estos positivos datos, el aumento en la ocupación es menor que el del mismo trimestre que el año anterior. Una realidad que apunta hacia el debilitamiento del tejido empresarial español y que apunta a la incertidumbre normativa, la desaceleración económica europea y la persistencia de las subidas de costes laborales como las razones que contienen la contratación y la actividad empresarial.
Una realidad a la que se suma la inminente entrada en vigor de la reducción de la jornada laboral, sin recortar los salarios, situación que, como apuntan desde CEPYME, impactará con especial gravedad en las pymes y, por ende, en sus proyecciones de plantilla. Nuevo cambio que se suma a los ya soportados por los empresarios en los últimos años.
Ante esta situación, la cual afecta a la contratación, pero también a la actividad empresarial, la confederación demanda un marco laboral estable con el fin de que las pymes puedan adaptarse a la coyuntura económica. Desde CEPYME recuerdan que el tejido productivo español ha demostrado su compromiso con el empleo y su resiliencia a las subidas de costes laborales, los cuales merman sus márgenes.
Por todo ello, CEPYME defiende que los cambios normativos que afecten a las pymes deben ser el resultado de una reflexión pausada, dejando fuera la batalla política, con el fin de que dichos cambios generen un viento a favor para el tejido empresarial y no trabas a su actividad.