El comercio electrónico sigue marcando un antes y un después en la forma de comprar y vender. En España, cerca del 25 % de las compras totales ya se realizan por Internet, consolidando esta vía como una alternativa imprescindible para empresas de todos los tamaños. En el segundo trimestre de 2024, la facturación del e-commerce nacional alcanzó un máximo histórico de más de 23 millones de euros, lo que pone de relieve el creciente peso del canal digital en la economía española.
Sin embargo, no todos los sectores se benefician del mismo modo. Las agencias de viajes y los comercios de moda lideran el ranking de los que más venden online, seguidos de cerca por las aerolíneas y el sector del juego y las apuestas. Para muchas pequeñas y medianas empresas, estas cifras representan tanto una llamada de atención como una gran oportunidad: adaptar su modelo comercial al entorno digital ya no es una opción, sino una necesidad competitiva.
El perfil del comprador online en España ofrece pistas valiosas para diseñar estrategias eficaces. El consumidor habitual es hombre, tiene entre 35 y 54 años, trabaja y vive en ciudades de más de 100.000 habitantes. No obstante, el público joven también destaca: solo en 2024, más de 3,7 millones de jóvenes entre 16 y 24 años realizaron alguna compra online, y la cifra supera los 8 millones en el tramo de edad de 25 a 34 años. Para las pymes, entender este abanico de consumidores es clave a la hora de ajustar su oferta, el diseño de su tienda online y las campañas de marketing.
En cuanto al gasto medio, la mayoría de usuarios destinan entre 25 y 100 euros por compra, lo que refuerza la importancia de ofrecer productos competitivos en precio y opciones de pago seguras. Las tarjetas de débito y PayPal lideran como métodos más utilizados, especialmente este último en compras a comercios con sede fuera de España. Aun así, lo que más valoran los compradores no es el método en sí, sino la comodidad de comprar desde casa, en cualquier momento del día y sin necesidad de desplazarse.
Otra tendencia en auge es el uso del teléfono móvil para realizar compras. Aunque los ordenadores de sobremesa siguen siendo los dispositivos más utilizados, los smartphones están ganando terreno de forma constante. Hoy, casi el 80% de los internautas ya han comprado alguna vez desde su móvil, impulsando la necesidad de contar con páginas web adaptadas al entorno móvil (responsive). Además, redes como Instagram (más que Facebook) se han convertido en auténticos escaparates digitales desde donde se concretan muchas ventas, especialmente entre los consumidores más jóvenes.
Ante este panorama, las pymes tienen por delante un reto claro: digitalizarse o perder competitividad. Contar con una tienda online optimizada, incorporar soluciones de pago ágiles, diseñar una estrategia móvil efectiva y utilizar redes sociales para conectar con su público son pasos clave para aprovechar el tirón del comercio electrónico. En un mercado cada vez más digital, estar presente en Internet no solo es una ventana de visibilidad, sino también una vía directa para crecer.