La firma digital ha recorrido un largo camino desde sus inicios, tanto desde el punto de vista tecnológico como en su adopción. España se posiciona hoy a la vanguardia en Europa en el uso de esta herramienta, especialmente en el ámbito empresarial, donde se ha convertido en un pilar para la transformación digital, la eficiencia operativa y la sostenibilidad.
Según Rocío Casanova, directora de SealSign, solución de firma electrónica de Factum, “la firma electrónica es una herramienta esencial para la transformación digital de las organizaciones y la sociedad en general. Al abrazar las nuevas tecnologías y las innovaciones, podemos construir un futuro digital más confiable”. Tecnologías como la inteligencia artificial, blockchain y la biometría están impulsando su evolución, haciéndola más segura, accesible y personalizada.
SealSign ha identificado cuatro grandes tendencias que definirán el futuro de la firma electrónica. La primera es su mayor adopción, con una expansión que la convertirá en el estándar para transacciones digitales en todos los sectores. La segunda, mayor integración, apunta a su conexión con tecnologías como IoT y con el futuro sistema de identidad digital europeo (ID Wallet), que será obligatorio para empresas a partir de 2026.
La tercera tendencia es la mayor personalización, con experiencias adaptadas a cada usuario y contexto, lo que permitirá a empresas ofrecer procesos más flexibles y eficientes. Por último, se espera una mayor inteligencia gracias a la IA, que permitirá detectar fraudes, prevenir riesgos y mejorar la experiencia del usuario más allá de la simple automatización.