Seguimos recuperándonos. Así al menos lo afirma la CEOE, respaldada por un mejor comportamiento de los indicadores de confianza sectoriales y de los consumidores, la continuidad de la moderada recuperación de la actividad industrial o el impulso del empleo, por poner algunos ejemplos. Y todo ello sin olvidar que no hay tensiones inflacionistas, por lo que las ganancias de competitividad-precio seguirán durante este segundo semestre. En este sentido, las previsiones de inflación se sitúan entre el 0,1 % y el 0,3 %, pudiendo situarse algún mes en registros negativos y la tasa anual del PIB seguiría situándose entre el 1,2 % y el 1,8 %. Aunque desde la CEOE advierten que todo esto está sujeto a riesgos al alza entre los que se encuentran un mayor repunte de la demanda interna en Europa, una mayor creación de empleo con un impacto positivo en el consumo privado, una mejoría de las condiciones de financiación para empresas y familias y una política fiscal menos restrictiva.
Por otro lado, los riesgos a la baja incluirían una mayor inestabilidad financiera en los mercados emergentes, con un contagio en las economías más endeudadas; la paralización o aplicación parcial de las reformas estructurales; una recuperación más lenta del mercado laboral o un repunte muy elevado de las importaciones, por poner algunos ejemplos.