El gasto en I+D en el año 2012 alcanzó los 13.392 millones de euros, un 1,30 % del PIB, descendiendo un 5,6 % con respecto a 2011. La Administración Pública también redujo su gasto un 7,4 % durante este periodo, mientras se financió la I+D interna, mayoritariamente, por las empresas en un 45,6 %, externalizando las actividades de mayor valor añadido, y la Administración Pública en un 43,1 %. El personal dedicado a esta actividad alcanza al 12,1 por mil de la población española, según se desprende del informe elaborado por AVS Consulting para la CEOE.
Según el informe una contradicción se ha instalado en el mercado empresarial español porque si bien el Gobierno apuesta por dar un mayor protagonismo a la I+D, con el fin de conseguir un crecimiento económico, lo cierto es que con la crisis se han reducido tanto los presupuestos públicos como privados en esta materia, viéndose modificadas, asimismo, las políticas de innovación en el núcleo empresarial. Las actividades relacionadas con la I+D permiten a las empresas afrontar mejor la crisis y alcanzar la competitividad necesaria para trabajar en mercados internacionales, así se demuestra en el 72 % de las empresas que han invertido en esta materia en los últimos diez años, permitiéndoles desarrollar nuevas líneas de negocio y posicionarse mejor frente a la competencia. Además, el mercado internacional compensa la caída del nacional, reduciendo la destrucción de empleo o incluso creándolo. Y es que los efectos de la crisis y de la reducción en inversión en esta materia no solo han traído consigo la destrucción de empleo sino también una mayor exigencia de garantías y pago de intereses, la reducción de solicitud de patentes y una reducción del presupuestos para las mismas en el 58, 5 % de los casos o una menor contratación de institutos tecnológicos y universidades, por poner algunos ejemplos. Los recortes, que en algunas comunidades llegan al 50 %, no perdonan a nadie y han llegado a afectar incluso a la colaboración entre universidades, empresas y centros tecnológicos. Por ello desde el estudio se destaca como fundamental apostar por la inversión pública y privada en I+D+i, ya que un tejido empresarial mayoritariamente más innovador hubiera soportado mejor la crisis, al tiempo que se demuestra que la I+D+i no es solo el motor del crecimiento futuro y de creación de empleo sino que también podría ser el freno de futuras crisis.
Ayudas públicas
Entre las ayudas públicas más valoradas figuran las deducciones fiscales por I+D+i, considerándose, además, el incentivo público que más empleo crea. El mayor interés por las mismas viene de la mano del nuevo sistema de liquidación del Impuesto de Sociedades, que permite el cobro en metálico del importe de las deducciones Tax Credit, aunque hay dudas sobre su efectiva aplicabilidad debido a los retrasos en la emisión de los informes motivados, por lo que se sugiere a la Administración reducir en gran medida los plazos de los mismos. Incluso hay grupos internacionales que creen que peligra la continuidad de las deducciones fiscales por I+D+i en España. Por otro lado hay un alto porcentaje de empresas (80 %) que consideran que el empleo cualificado proviene, en su mayor parte, de las ayudas públicas a la I+D+i, mientras otro 80 % consideran que la financiación para esta materia debe corresponder tanto a la empresa como a las Administraciones Públicas, ya que al reducir la reinversión en I+D+i por parte de las compañías, es necesaria una incentivación desde el ámbito público. Las compañías también demandan un mejor acceso a la financiación privada. Y, aunque hay nuevos instrumentos de ayuda pública muy interesantes, los más desconocidos son el Innovation Box y Horizonte 2020, por poner algunos ejemplos. Innovation Box es el incentivo fiscal que mejor debería facilitar la internacionalización de los resultados de I+D+i, al tiempo que debería ayudar a satisfacer los procesos de transferencia de alta tecnología entre diferentes entidades. Por todo ello en el informe se desvela que, a pesar de la gran importancia que adquieren las ayudas públicas en I+D+i en las empresas, son estas las que tienen que empezar a asumir completamente la responsabilidad sobre la financiación en esta materia, al tiempo que tienen que saber que la I+D+i que realicen hoy, será el factor clave de su crecimiento en la próxima década. También se hace referencia a que mientras la Administración Pública tiene que potenciar en mayor medida las ayudas para la divulgación y formación de las empresas en los nuevos instrumentos fiscales, la internacionalización de los resultados de la I+D+i o el desarrollo de nuevos productos, procesos y servicios, entre otras materias. A la hora de conseguir estas ayudas, las empresas han recibido más préstamos que deducciones fiscales o subvenciones a fondo perdido, aunque la evolución de todos ellos es a la baja. Según datos aportados por Centro Tecnológico de Desarrollo Industrial (CDTI) en el año 2012 se finalizaron 1.130 proyectos de I+D, con una inversión de unos 940 millones de euros. En cuanto a las deducciones fiscales por actividades de I+D+i en las empresas, el 82 % de las compañías innovadoras ha certificado proyectos con el fin de obtener el calificativo de I+D o IT. A la hora de desvelar las ventajas que estos instrumentos ofrecen, figuran una mayor facilidad a la hora de captar inversiones por parte de la casa matriz y, por lo tanto, una mayor competitividad. Es más, el 94 % de las empresas innovadoras afirma que la aplicación de este incentivo fiscal ha hecho que su empresa aumente la inversión en este tipo de proyectos. ¿Qué traería consigo la eliminación de las deducciones fiscales? La disminución de la actividad innovadora, menguará el empleo cualificado y no cualificado, un descenso de la competitividad de la empresa, sobre todo a nivel internacional, la ralentización de nuevos productos, la deslocalización de empresas fuera de España, una disminución en la política de inversiones en materia de innovación, desarrollo e investigación, así como el aumento de la carga fiscal.
Empresas
Y entre las empresas que apuestan por la innovación, el desarrollo y la investigación figuran, en cabeza, las enfocadas, en primer lugar, al sector terciario y avanzado y tras él, el metal, el agroalimentario, construcción, químico, energía, automoción, plásticos, audiovisual, biomedicina, acuicultura, cerámica, socio sanitario, madera, textil, turismo, transporte y logística, calzado, curtición, juguete y moda y complementos, según datos extraídos de las encuestas 2013 de “Eficiencia de las ayudas públicas a las actividades de I+D+i”, variando el peso de los mismos ya que entre 2003 y 2007 el sector que más representatividad tenía era el químico. Y según la encuesta sobre innovación en las empresas en el año 2011, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el sector industrial es el que más gasto realiza en actividades innovadoras, sobre la cifra de negocios, un 135 %. Tras él el sector servicios, con el 0,75 % y el agrícola con el 0,60 %. Por Comunidades Autónomas, según la encuesta, Cataluña acumula el mayor número de empresas innovadoras (con casi el 24 %), seguida por Madrid con algo más del 19 % y la Comunidad Valenciana con el 12 %, aunque Castilla y León crece seis puntos, pasando del 2,7 % al 8,2 %, mientras el País Vasco desciende unos cuatro puntos, pasando del 5,7 % al 1 %, siempre según la encuesta del INE en el periodo de 2003 a 2007. Por tamaño, las pymes son las que han experimentado una mayor caída en número de empresas innovadoras y en inversión. Otro dato importante lo representa el aumento de la facturación en el extranjero de las empresas españolas innovadoras, entre los años 2008 y 2012, al tiempo que disminuye su facturación nacional. El 85 % de las empresas españolas dispone de un producto o servicio innovador, aunque el 10 % comenta que el producto que más ingresos les aporta tiene más de 10 años en el mercado, de lo que se deduce que los resultados de la innovación tardan unos seis años en llegar al mercado y otros cuatro en consolidarse y el 67 % de las empresas cuentan con personal dedicado al I+D+i.
Política de innovación
Entre 2008 y 2012 el 68 % de las empresas contaba con un presupuesto para I+D+i y un 28 % disponía de un presupuesto para la protección de resultados de investigación y actividades de transparencia de alta tecnología, sin embargo con la crisis ese presupuesto ha desaparecido, al tiempo que se han producido recortes en las ayudas públicas en esta materia. Por otro lado, en 2013 el 85 % de las empresas evalúan varias de las alternativas de financiación que ofrece la Administración Pública. En cuanto al gasto en 2012 el 78 % de las compañías innovadoras destinaron menos del 10 % a este gasto sobre el total de su facturación, al tiempo que el 42 % de las empresas consultadas pidieron alguna patente para proteger invenciones o innovaciones desarrolladas dentro de la compañía, aunque todavía el 85 % de empresas con productos innovadores siguen recibiendo sus ingresos principales de productos que cuentan con más de 10 años. ¿Cuáles son las entidades externas que más apoyan a las empresas en la obtención de ayudas públicas? Consultoras o gestoras de subvenciones, principalmente.
Y en el futuro
Según la CEOE la austeridad del gasto no tiene que derivarse hacia la mejora de la competitividad o el crecimiento de nuestra economía y la internacionalización. Y desde la Comisión Europea se apuesta por el crecimiento industrial a largo plazo con el fin de lograr que el peso de la industria manufacturera represente el 20 % del total de la economía europea, frente al 15,3 % actual. Y a la hora de ganar en competitividad se debe aumentar el tamaño medio de las empresas industriales españolas. También se pide a las empresas una mayor responsabilidad social corporativa y a nivel europeo se solicita incrementar el esfuerzo para mejorar el acceso a la financiación de las compañías, así como promover estímulos al crecimiento para favorecer la creación de empleo, sobre todo el juvenil.
Datos a tener en cuenta
• El 78 % de las empresas innovadoras dedica menos del 10 % a gastos de i+D+i sobre el total de su facturación.
• El 42 % de las empresas encuestadas ha solicitado alguna patente para proteger invenciones o innovaciones desarrolladas por la empresa.
• El 86 % han trabajado con centros tecnológicos, universidades u organismos públicos de investigación nacionales.
• La crisis ha hecho que el recorte en el presupuesto haga que la colaboración entre Universidades y Centros Tecnológicos en algunas comunidades haya llegado al 50 %.
• El 71 % de las empresas colaboran tanto con otras empresas como con otros organismos de I+D.
• En un 35 % de los casos se interactúa con socios extranjeros, sobre todo de la Unión Europea.
• También se ha reducido el número de empresas que realizan actividades de I+D casualmente, del 6,41 % en 2008 al 5,04 % en 2011.
• El número de empresas con menos de 250 empleados que realizan I+D descendió en 2011 casi un 3 %.
• Las empresas con bases imponibles negativas no pueden aprovechar los beneficios fiscales por actividades de I+D+i.
• Los costes de certificación son muy altos, sobre todo para las nuevas microempresas de base tecnológica.
• Es mucho menor el número de empresas que innovan desde hace menos de diez años debido al escaso acceso a la financiación, las restricciones de la regulación laboral, la insuficiente capacidad para innovar, la fiscalidad o la regulación fiscal.
INMA ELIZALDE