¿Qué preocupa a los empresarios españoles en este 2016? Más allá del fomento del empleo, para el que piden promover políticas de estímulo e incentivos a la contratación y a la flexibilización, la política y los políticos se han instalado en el listado de “dolores de cabeza” del sector empresarial. Así lo afirma Juan Merino, presidente de la Confederación de Jóvenes Empresarios, quien asegura que la clase política se han convertido en parte de los problemas de la sociedad, en lugar de una solución, tanto por Cataluña como por la formación del Gobierno estatal. Por ello desde CEAJE hacen una llamada a la responsabilidad, la honestidad, el sentido de estado y el respeto institucional, con el fin de que estos sean los ejes de trabajo de la clase política y piden responsabilidad para continuar con las reformas estructurales que permitan blindar a la economía ante posibles factores externos, al tiempo que abogan por la defensa de la estabilidad empresarial.
También solicitan que se eliminen duplicidades a la hora de poner en marcha un negocio. “Seguimos con altas cargas impositivas en España frente al resto de Europa, cuestión que nos obliga a ser, de media, un 10 % más productivos que nuestros socios europeos; por lo que necesitamos que estas se reduzcan”, resalta Merino.
Asimismo luchan por hacer crecer el tamaño de nuestras empresas, situación a la que denominan como deseable socialmente y reclaman más alternativas de financiación para pymes y autónomos, orientada a seguir profundizando en la reducción de la bancarización en España que da más rigidez al crecimiento e internacionalización empresarial.
Autónomos y emprendedores también están en su punto de mira: los primeros para que se conviertan en micropymes y los segundos con el fin de incrementar la creación de empresas. El presidente de CEAJE solicita construir puentes más sólidos entre las empresas y los centros de enseñanza, recurriendo a incorporar en la formación asignaturas de emprendimiento y conocimiento empresarial, de mano de empresarios y emprendedores en todos los niveles educativos. Por otro lado la colaboración de empresa y universidades para trabajar conjuntamente en mejorar la capacidad innovadora de nuestro país, que nos permita mejorar las tasas de competitividad y productividad.
Luchan porque la voz de los empresarios sea escuchada y atendida «con el fin de ser los auténticos generadores de empleo, motor de desarrollo económico y social, y por lo tanto, de riqueza para nuestro país”, reconoce.