El fabricante de seguridad ruso, Kaspersky Lab, creció un 36 % en el segmento de las pequeñas y medianas empresas, sin olvidar que fue el fabricante más premiado en la categoría de solución más segura. ¿Por dónde pasan sus planes de futuro? Por la nube, así lo confirma Alfonso Ramírez, director general de la compañía para Iberia, en esta entrevista.
Si alguien ha sufrido la crisis han sido las pymes. ¿Qué aprendieron estas durante este difícil periodo en materia de seguridad y qué lectura ha hecho Kaspersky Lab de esto?
Yo creo que han aprendido que tienen las mismas necesidades que una gran cuenta a nivel de seguridad. Una de las mayores amenazas que hay en el mercado en este momento son los criptolockers, algo que está afectando por igual a las grandes cuentas que a las pymes.
El hándicap que tienen las pymes en este país es la falta de recursos. La crisis les ha afectado en gran medida. Han necesitado reinventarse durante los últimos años para seguir siendo competitivos, a pesar de que la facturación ha caído. Algo que muchos de ellos han hecho es prescindir de un responsable de seguridad. Nosotros nos dimos cuenta de esa carencia hace años, por lo que decidimos desarrollar una solución específica para empresas de menos de cincuenta puestos de trabajo: Kaspersky Small Office Security, con el que hemos cogido el know how de las soluciones de consumo, muy potentes a nivel de seguridad pero muy fáciles de usar, muy sencillas de administrar por personas que no son técnicas. Es una solución muy visual para que el usuario pueda gestionar su seguridad sin grandes complicaciones, trasladado a este producto para facilitar a estas pymes la gestión de su seguridad sin perder ningún tipo de protección.
¿Cuáles son las mayores vulnerabilidades que les están afectando en este momento?
Sus propios empleados. El problema lo tienen en casa. Las pymes son empresas que están muy especializadas en algo en concreto pero ninguno de sus empleados es experto en seguridad y no perciben como parte de su trabajo esa componente de seguridad. ¿Qué pasa si uno de estos empleados hace una mala práctica o comete un error humano y abre un correo que realmente no sabe si es o no un correo legítimo? Por esta razón deberían dedicar tiempo y dinero en formarles.
El cifrado está cada vez más en auge. ¿Qué tiene Kaspersky en este sentido?
Tenemos una herramienta de cifrado muy fuerte dentro de nuestras soluciones corporativas. Es una funcionalidad dentro de nuestro producto, incluida en nuestra suite de seguridad.
¿Cuáles son sus mayores fortalezas frente a la competencia a la hora de penetrar en la pyme?
Nuestro propio producto. Somos el fabricante que más veces ha sido testado por empresas independientes y que más veces ha quedado en primera posición. La robustez de nuestras soluciones es muy conocida en el mercado. A esto podemos añadir todas las acciones que hacemos para generación de demanda, branding, etc.
¿Por dónde pasa el futuro de la seguridad, teniendo en cuenta que los ciberdelincuentes siempre dan un paso más?
Por la formación. En los últimos años nos hemos dedicado a gastar cantidades ingentes de dinero en proteger puestos de trabajo, en crear perímetros, firewalls, en crear medidas de seguridad… pero en los últimos años, con la adopción de las tecnologías móviles a las pymes, el perímetro ha desaparecido.
En segundo lugar, la única manera de parar este tipo de amenazas nuevas es a través de la formación de los empleados. Tenemos que cambiar la manera de pensar y entender que no solo la protección física es necesaria para estar seguro, sino que es necesario dar un paso más y que esa protección tiene que llegar a través de los propios trabajadores de la organización.
Hay muchas voces que alertan que la mayor amenaza llega de la mano del Internet de las Cosas.
Nosotros, como fabricantes de seguridad, no podemos proteger el Internet de las Cosas. No podemos proteger una tostadora hecha en China que vaya a tener salida a Internet porque no nos podemos poner en contacto con todos los fabricantes de electrodomésticos del mundo. El problema está en que se están desarrollando multitud de cosas nuevas y se está dando más prioridad a la velocidad a la que hay que lanzar el producto para ser el primero, que en desarrollarlo desde un punto de vista de la seguridad. No es lo mismo programar una aplicación para que haga cualquier cosa, a programarla utilizando un código seguro. El coste se dispara enormemente.
El problema del Internet de las Cosas es que se va a conectar todo a todo y no se está contemplando el tema de la seguridad como algo prioritario.
¿Qué novedades podemos esperar en breve?
A finales de año lanzaremos un producto dedicado a infraestructuras críticas. Ya tenemos disponibles una serie de reportes donde un equipo se traslada a la infraestructura crítica en cuestión y elaboramos un reporte con todas las brechas de seguridad que se han encontrado.
En breve también llegarán nuestras soluciones basadas en cloud.
INMA ELIZALDE