Entre los costes laborales no salariales figuran, entre otros, las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, las aportaciones a sistemas de previsión y seguros y el pago del salario en caso de enfermedad. En España pagamos 36 euros más sobre un salario bruto de 100 euros en estos costes laborales no salariales, lo cual nos coloca entre los diez países de la Unión Europea con costes más elevados, no muy alejados de Francia, Suiza y Bélgica que varían entre los 47 euros y los 44 euros por cada 100 euros de salario bruto.
Los países a envidiar son Malta con 9 euros, Reino Unido e Irlanda, por debajo de los 20 euros. Incluso Alemania, Finlandia y Portugal pagan menos que nosotros: 28 en el caso de los germanos y 27 en el de los fineses y portugueses.