Con el pensamiento puesto en la organización de un evento corporativo y todo lo que esto conlleva, como organizar a los asistentes y alquilar una nave desmontable, el empresario considera que no hay mayor satisfacción que ver que el proyecto que creó, va creciendo. El sueño de alguien que, en un principio hasta dudó que pudiera convertirse en propietario de una compañía, tomó vida gracias a las muchas horas empleadas, a la ilusión por el proyecto y a la fe en uno mismo.
Subir peldaños a veces se volvió complicado, en algunos casos faltó hasta la respiración, y en otros una bocanada de aire fresco invadió la necesidad de seguir luchando para seguir caminando.
«El hijo» al que muchos hombres y mujeres tuvieron, casi al mismo tiempo que a sus verdaderos vástagos, fue adquiriendo su propia personalidad, inyectado por las mejores ideas de sus padres adoptivos y todos aquellos que le rodearon. Y ahora, que ha alcanzado la mayoría de edad, hay que celebrarlo. Gritar al mundo la satisfacción que uno siente por todo lo aprendido a su lado y agradecer a aquellos que nos acompañado en este peregrinaje, su aportación, porque sin ellos esto no hubiera sido posible, no es baladí.
La importancia de los eventos corporativos
En una España en la que la crisis se cebó con el mundo empresarial y en el que por el camino quedaron, entre los años 2008 y 2016, 214.958 compañías, unas 23.884 al año, según el Colegio de Registradores, celebrar los triunfos con los clientes, partners y empleados es, casi, de considerada obligación.
Una celebración que ayuda a conectar de una manera diferente con todos, hablar de negocios de distinta forma y reforzar lazos que en otra situación hubiera resultado impensable. También permitirá el networking entre ellos. Y, abiertos a la posibilidad de hacer nuevas oportunidades de negocio, podemos invitar a aquellos que hayan mostrado, en algún momento, su interés por nuestro productos para, al menos, abrir nuevos canales de comunicación.
Estos pensamientos son comunes a cualquier empresario que, una vez decidido a llevar a cabo el evento, tiene que tener en cuenta hasta el más mínimo detalle para que el mismo sea recordado como un éxito. Y, aunque son muchas las cosas que hay que organizar, la más importante es dónde llevarlo a cabo. Para ello hay que tener en cuenta el número de asistentes, la temática del evento, el presupuesto… Sin lugar a dudas si el tiempo acompaña, una celebración al aire libre puede ser una buena opción. Pero como hay que tener en cuenta todos los factores climáticos, es aconsejable contar con una carpa.
La variedad de las mismas es enorme, tal y como muestra Röder Epaña: desde las pequeñas para fiestas, hasta las más grandes y personalizadas. En definitiva, naves desmontables en los que podremos llevar a cabo un evento original y reforzar la marca.