La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) ha expresado su preocupación por la creciente ola de proteccionismo, advirtiendo de que esta tendencia podría desencadenar una nueva crisis económica global. En su intervención durante el Encuentro SER, organizado por Radio Sevilla, el presidente de la Confederación, Gerardo Cuerva, subrayó la importancia de defender el libre mercado, destacando que es esencial para garantizar la prosperidad, el crecimiento económico y la creación de empleo en España.
Durante el evento, Cuerva también abordó el reciente plan de ayudas del Gobierno destinado a los sectores más afectados por los aranceles impuestos por Estados Unidos, y señaló que, si bien las ayudas son una medida necesaria, su efectividad dependerá de que no estén excesivamente condicionadas. El presidente de CEPYME enfatizó que estas ayudas deben ser «ágiles, inmediatas y llegar de manera efectiva a las empresas afectadas», para que realmente puedan aliviar los problemas de las pymes.
Junto a Cuerva, Miguel Rus, presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES), coincidió en la defensa de la importancia de las pequeñas y medianas empresas, que constituyen el 99,8% del tejido productivo de España y generan más de 11 millones de empleos. Ambos líderes empresariales denunciaron los graves problemas a los que se enfrentan las pymes españolas, tales como la sobrerregulación, la excesiva presión fiscal y las trabas administrativas que asfixian a las empresas.
Gerardo Cuerva fue tajante al denunciar lo que calificó como “aranceles internos” que afectan a las empresas españolas. Según el presidente de CEPYME, el exceso de regulación y burocracia, junto con el continuo incremento de los costes, penaliza especialmente a las pequeñas y medianas empresas, que se ven desbordadas por la carga administrativa. En este contexto, también criticó el endurecimiento de las inspecciones laborales, que, según su criterio, muchas veces son percibidas por las empresas como una actitud persecutoria. Cuerva defendió que la inspección de trabajo debería actuar de manera colaborativa con las empresas y no tratar a todo el tejido empresarial como si fuera delincuente. Además, abogó por un enfoque más preventivo, promoviendo las buenas prácticas en lugar de recurrir exclusivamente a medidas sancionadoras.
Miguel Rus, por su parte, destacó la necesidad de mantener una postura firme frente a las políticas que incrementan los costes laborales sin tener en cuenta la productividad, y que imponen normativas que limitan la flexibilidad empresarial. Rus subrayó que el diálogo social debe ser auténtico y consensuado, y que las decisiones no deben imponerse, sino construirse con la participación de todos los actores implicados.
En este sentido, Rus recordó la reciente publicación del Manifiesto en defensa de la Pyme, impulsado por CEPYME, que subraya la necesidad de proteger a las pequeñas y medianas empresas frente a las políticas que las ahogan. En su intervención, también hizo un llamamiento a los empresarios para que trabajen juntos, sin distinciones ni intereses partidistas, centrándose en lo realmente importante: defender la autonomía de las pymes y su capacidad para prosperar.