El mercado laboral ha experimentado un comportamiento positivo durante el mes de febrero, evidenciado por un notable incremento de 100.340 afiliados a la Seguridad Social en comparación con el mes anterior. Este aumento refleja una tendencia de crecimiento en la ocupación, respaldada por una reducción en el paro registrado de 5.994 personas. Además, el número de autónomos ha aumentado en 8.196, lo que pone de manifiesto la resiliencia del tejido empresarial español, especialmente en un contexto económico complejo.
La Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME) ha valorado de manera positiva estos datos, reconociendo el esfuerzo y el compromiso de los empresarios en mantener y, en muchos casos, incrementar el empleo, a pesar de los desafíos derivados de un entorno económico adverso. Este entorno está marcado por elevados costes operativos, laborales y tributarios, así como por una elevada carga burocrática que dificulta la gestión de las pequeñas y medianas empresas. A esto se suma la incertidumbre sobre las políticas laborales futuras, que, en muchos casos, generan dudas sobre la sostenibilidad de ciertos modelos de negocio y la viabilidad de las inversiones.
No obstante, y a pesar de las cifras positivas en términos generales, CEPYME también ha mostrado su preocupación por algunos sectores específicos que siguen enfrentando grandes dificultades. Uno de los más afectados es el sector agropecuario, que ha experimentado una pérdida de cerca de 8.200 cotizantes en el último mes. Esta disminución refleja los retos estructurales y coyunturales a los que se enfrenta el sector, entre los que se incluyen los problemas de rentabilidad, el impacto de la sequía, y las dificultades en el acceso a los recursos necesarios para su funcionamiento, como los costes de producción y las políticas medioambientales restrictivas.
Asimismo, la Confederación ha señalado con preocupación la fuerte caída en el número de afiliados en el comercio, con una pérdida de 9.740 cotizantes en febrero. Este descenso es indicativo de la difícil situación que atraviesa el sector, afectado tanto por la caída del consumo como por la adaptación a las nuevas realidades del comercio digital y la reestructuración de las cadenas de distribución.
En este contexto, CEPYME ha reiterado la necesidad de abordar las incertidumbres jurídicas y económicas que siguen afectando a las pequeñas y medianas empresas, especialmente aquellas que operan en sectores vulnerables. Entre las preocupaciones más relevantes se encuentran la indefinición sobre la posible reducción de la jornada laboral, las dudas sobre las repercusiones de la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) y los efectos de las nuevas regulaciones laborales. Estas medidas pueden tener un impacto negativo en sectores intensivos en mano de obra y en empresas de pequeño tamaño y microempresas, que suelen ser las más afectadas por las cargas adicionales y la falta de flexibilidad en su estructura operativa.