El mindfulness está de moda. Una práctica con la que puedes potenciar tu empatía y tu memoria, hacer frente al estrés, entrenar tu atención, mejorar tu bienestar físico, mental o emocional… En definitiva, vivir tu vida más plenamente. Pero ¿cómo podemos conseguir todo esto? Javier Ibáñez, socio director de Capacitación y Crecimiento y consultor de mindfulness nos da las claves.
El primer paso pasaría por empezar el día de otra manera, sin prisas ni agobios. No te duches de manera rutinaria, simplemente presta una mayor atención a aquellas partes de tu cuerpo que va tocando tu esponja, sintiendo las sensaciones físicas de los pies a la cabeza.
A la hora de comer deja también a un lado el piloto automático. Siente el placer de la comida, recréate en los cambios que se te presentan ante los sabores. Presta también más atención a las personas con las que hablas o con aquello que vayas a hacer a lo largo del día.
Ante el ordenador practica durante unos minutos la coordinación del movimiento de tu cabeza con tu respiración, subiendo la cabeza al respirar y bajándola al espirar porque esta práctica te ayuda a estar aquí y ahora, dejando fuera todo aquello que ruidosamente te viene acompañando, afirma el experto, centrándote en lo que toca. Esto, además, puedes llevarlo a cabo cada vez que cambies de actividad porque te ayudará a estar más centrado y presente.
Otro consejo: cuando salgas del parking, de camino a la oficina, fija tu atención en detalles de los que no te sueles percatar: en las personas con las que te cruzas, en tu ritmo al caminar, en los coches parados en los semáforos… así serás más consciente de ti mismo y de los demás.
Y lo más importante: cuando te atasques y sientas que no puedes más, haz un STOP: con la S de stop, párate. La T de tomar aire con dos respiraciones profundas. La O de observar tu cuerpo, tus emociones, tus pensamientos y la P de proseguir con lo que estabas haciendo pero ahora con un mayor grado de consciencia porque lo que decidas hacer, lo harás mejor si sigues estos consejos.