La entrada en vigor de la Ley 2/2023, el 20 de febrero, ha supuesto un hito importante en la regulación del compliance empresarial en España. Desde entonces, todas las empresas con 50 o más empleados están obligadas a contar con sistemas internos que permitan la comunicación segura y confidencial de posibles infracciones dentro de la organización. Más allá de ser un simple requisito legal, esta normativa refuerza la necesidad de transparencia y protección para quienes deseen denunciar irregularidades en el entorno laboral.
Según un estudio realizado por Personio, un 65 % de las empresas en España ya han implementado un canal de denuncias, mientras que un 23 % aún no ha adoptado esta herramienta y un 11 % desconoce su estado actual. A pesar de que la mayoría de las organizaciones han dado pasos hacia el cumplimiento de la normativa, los datos revelan que aún persiste una brecha significativa, lo que pone en riesgo a muchas empresas que no cumplen con la ley. Además, la existencia de estos canales está directamente relacionada con la satisfacción laboral y la transparencia interna dentro de las empresas.
Gaspar Palmer, CEO de OpenKM, subraya la relevancia de estos sistemas en la actualidad: «Las empresas ya no pueden considerar los canales de denuncias como una mera obligación legal. Se han convertido en un instrumento estratégico para la protección de la integridad corporativa y la construcción de un entorno de trabajo basado en la confianza y la transparencia». Esta perspectiva se ve respaldada por el último informe de Adecco sobre la felicidad en el trabajo, que revela que el 42 % de los empleados en España considera que su empresa no cuenta con mecanismos adecuados para comunicar problemas internos. Esto puede traducirse en ambientes laborales deteriorados, falta de confianza en la dirección y, en consecuencia, una menor productividad.
El incumplimiento de la normativa puede acarrear sanciones económicas severas para las empresas. Las multas, que pueden variar entre 10.001 y 1.000.000 de euros, refuerzan la necesidad de adoptar estos sistemas de manera eficaz y diligente para evitar consecuencias legales graves. En este contexto, las herramientas tecnológicas para gestionar los canales de denuncias se presentan como una solución imprescindible para las organizaciones.
Uno de los aspectos más críticos en la gestión de denuncias es la protección de la identidad del denunciante. En este sentido, OpenKM ha integrado protocolos de seguridad avanzados que aseguran el anonimato y la integridad de la información presentada. Además, la plataforma facilita la auditoría y el cumplimiento normativo, documentando cada acción tomada en respuesta a una denuncia y permitiendo revisiones posteriores para garantizar la transparencia y la eficacia del sistema.