La gran mayoría de empresas españolas considera que España no apoya la innovación. De hecho, según se desprende del Primer Barómetro sobre la Innovación en España, elaborado por Kantar para Leyton, el 84 % de las pymes y el 74 % de las grandes empresas españolas piensa que España es un país que no respalda la innovación.
Las principales trabas que destacan las empresas en materia de innovación, según este Barómetro, son la regulación y la dificultad para acceder a las ayudas públicas y subvenciones. Además, también alegan: la falta de disponibilidad o alto coste del talento, la dificultad de acceso al mercado y los problemas para acceder a las ayudas privadas. A lo que se suma la carencia de un entorno innovador. Solo un 8 % de las empresas españolas considera que exista un entorno innovador en nuestro país.
No se trata tanto de falta de cocimiento, sino la dificultad para poder acceder a estas ayudas, porque el 81 % de las pequeñas empresas y el 90% de las grandes conocen las ayudas públicas, aun así, la mayoría de las empresas siguen nutriéndose de la financiación interna. El barómetro señala que la mayor parte de la innovación se autofinancia en un 60-70 % del total de las empresas.
En palabras de David Parra, CEO de Leyton Iberia, “por regla general, las empresas consideran que sí hay ayudas, pero que los procesos son tan complejos que muchas veces esa ayuda se diluye. Las empresas son reacias a solicitar subvenciones porque les resulta un proceso muy complejo, a la hora del seguimiento diario de las ayudas y su evolución jurídica, por ejemplo. Además, para las empresas la inversión de tiempo es demasiado alta en relación con el rendimiento obtenido, sumada a la incertidumbre que genera el riesgo de no obtener la financiación”.
Los datos que arroja el Barómetro de Leyton corroboran que el conocimiento es alto, pero su complejo proceso de solicitud frena a las empresas a la hora de usar estas ayudas. El 63 % de las pymes y el 74 % de las grandes empresas las conocen, pero solo el 19 % de las pymes y el 10 % que las utilizan.
A esto se suma, según destaca el estudio de Leyton, que las subvenciones, muchas veces, llevan consigo también la obligatoriedad de modificar salarios, colaboraciones con otras empresas europeas, etc. así como el tener que rendir cuentas a otros organismos, que pueden afectar a la independencia de la empresa, añadiendo otro posible problema: la pérdida de confidencialidad.
En cuanto a las ayudas europeas, el desconocimiento es mayor, el 52 % de las pymes y el 53 % de las grandes empresas son conocedoras de las ayudas que se ofrecen desde la UE, pero tan solo un 9 % de las pymes y un 3 % de las grandes corporaciones se benefician de ellas. Destaca, por ejemplo, que solo un 5 % de las pymes y un 1 % de las grandes empresas usan los créditos fiscales al I+D+I.
A pesar de estos porcentajes, llama la atención que la gran mayoría de empresas afirman que quieren solicitar ayudas en el futuro, el 65 % en el caso de las pymes y el 70 % de las grandes organizaciones. En lo que coinciden las empresas de todos los tamaños es que necesitan asesoramiento, especialmente en temas de financiación, gestión de proyectos, estructuración y contrataciones.