Desde 2016 el SMI ha subido casi un 65 %, mientras que la productividad de las pymes, medida en términos de ventas reales por ocupado y ajustadas a la inflación, ha caído un 3,6 %. También ha descendido un 4,9 % la productividad total de la economía.
La última subida aprobada por el Gobierno, de 80 euros al mes, 1.120 euros al año, se amplifica con las cotizaciones a un sobrecoste anual de 1.485,68 euros para el empresario en 2023.
En este contexto, desde CEPYME consideran que la subida del SMI rompe el principio de vinculación de los sueldos a la productividad establecida en el Estatuto de los Trabajadores. Además, la confederación advierte de que las progresivas subidas de sueldo perjudicarán a las pymes españolas, las cuales ven como su margen de beneficio se reduce al mismo tiempo que los costes laborales se incrementan.
Las consecutivas subidas salariales también afectan al número de puestos de trabajo y a la creación de los mismos. Según cálculos de CEPYME, el aumento del SMI desde 2018 ha provocado la destrucción de 105.800 puestos de trabajo y ha paralizado la creación de 150.400 empleos. Una pérdida de empleo que impacta principalmente en los colectivos que más dificultades tienen para acceder al mercado laboral, es decir, trabajadores de baja cualificación, jóvenes y mujeres.