Los ciberataques a empresas, independientemente de su tamaño, aumentaron, según un informe de Check Point Software, un 42 % en la primera mitad de 2022 en relación al mismo periodo del año anterior. Enmendar los daños que causan estos ataques puede suponer una gran inversión. Por ello las empresas de ciberseguridad recomiendan prevenir, es decir, armar una sólida estrategia de seguridad.
Pero en el caso de las pequeñas y medianas empresas es complejo ya que sus reducidos presupuestos, en muchas ocasiones, hacen inviable disponer de una solución de ciberseguridad. En este sentido, las memorias cifradas pueden ser la solución porque son más económicas, permiten una gran maniobrabilidad, son cómodas de transportar y ofrecen un alto grado de seguridad.
Consciente de ello, y con el objetivo de ayudar a las pymes a mantener a salvo sus datos, Kingston ha lanzado una serie de dispositivos cifrados que se suman a otros como las memorias RAM, los SSD o las tarjetas de memoria. La línea IronKey de Kingston incorpora borrado automático tras varios intentos de acceso erróneos. El hardware cifrado, además, puede servir como solución complementaria a los recursos de software. De esta manera las pymes pueden guardar la información en dos formatos independientes y compenetrados entre sí.
“Creemos que para las pymes puede ser un gran aliciente comprar un dispositivo móvil cifrado en vez de instalar una solución de ciberseguridad completa por su facilidad de uso y ser un recurso económico”, ha comentado Jordi García, director de negocio de Kingston en España. El directivo ha asegurado que acompañar las soluciones de software de ciberseguridad con el hardware adecuado convierte a estas herramientas en “imbatibles”.
Sobre la nueva gama IronKey, García ha destacado que los usuarios “podrán guardar sus facturas, datos de clientes o proveedores en un solo sitio seguro y cómodo”.