En un contexto industrial marcado por márgenes cada vez más ajustados y una presión constante por mejorar la eficiencia, la automatización logística se ha convertido en un factor estratégico para las pymes españolas. Las empresas que siguen operando con procesos manuales o semiautomatizados están quedando en clara desventaja frente a aquellas que ya han incorporado sistemas de gestión de almacén (SGA) y soluciones de automatización de la cadena de suministro.
Según Bossard muchas compañías nacionales aún perciben la automatización como un gasto, cuando en realidad representa una inversión rentable y medible. Un informe de Deloitte confirma que las organizaciones que adoptan tecnologías de automatización logística logran reducir costes operativos hasta un 30 %, aumentar la productividad entre un 25 % y un 40 %, disminuir los errores de inventario en más del 90 % y acelerar los tiempos de entrega en un 35 %.
Estos resultados permiten a las pymes optimizar recursos, mejorar su competitividad y responder con mayor agilidad a las demandas del mercado. “La automatización deja de ser una opción para convertirse en una necesidad estructural si se quiere competir en igualdad de condiciones”, apuntan desde Bossard.
Uno de los sectores donde esta transformación se está haciendo más visible es el de la tornillería industrial. En este ámbito, donde la gestión de miles de piezas pequeñas es crítica, la implantación de sistemas automáticos de conteo, distribución y reabastecimiento reduce pérdidas, mejora la trazabilidad y garantiza la disponibilidad de componentes. Soluciones como Smart Factory Logistics permiten integrar estos procesos en un SGA inteligente, ofreciendo visibilidad total en tiempo real y anticipando roturas de stock o sobrecostes.
Los SGA se han consolidado como el núcleo de la logística moderna. Estos conectan personas, procesos y tecnología dentro de un ecosistema digital capaz de aprender y optimizarse de forma continua. Entre sus principales ventajas destacan la trazabilidad completa de materiales, la optimización del espacio y la rotación, la integración con ERP y plataformas de transporte, y el uso de analítica predictiva para anticipar cuellos de botella o picos de demanda.
Para las pymes que quieren iniciar este camino, los expertos recomiendan empezar con un diagnóstico claro de los procesos más ineficientes, como el control de stock o la gestión de inventario, definir objetivos concretos, seleccionar un SGA adaptado a su tamaño y necesidades, e integrarlo progresivamente con sistemas ya existentes. Los primeros pasos suelen darse en áreas críticas, como la tornillería o las piezas C, donde el impacto de la automatización es rápido y tangible.
En cuanto a la viabilidad económica, el retorno de la inversión (ROI) se materializa generalmente entre 6 y 24 meses, dependiendo del alcance del proyecto. Sectores como la maquinaria, la automoción, la industria aeroespacial, ferroviaria o la fabricación de componentes son los que más se están beneficiando de esta transformación, dada su necesidad de mantener una trazabilidad rigurosa y una disponibilidad total de piezas.
 
			





