Digitalizar España implica, inexorablemente, digitalizar la pyme. Y, sobre todo, la micropyme. El 99,8 % del tejido empresarial español está conformado por estas empresas, siendo el 94,7 % compañías de menos de 10 empleados que facturan menos de 2 millones de euros. Sin embargo, como apuntó Luis Aribayos, secretario general de CEPYME, solo el 14 % de las pymes españolas contaba con un plan de digitalización antes de que se iniciara la pandemia. “La supervivencia de la pyme depende de su digitalización”, alertó en la mesa redonda que se celebró sobre este asunto en el 35º Encuentro de la Economía Digital y las Telecomunicaciones, celebrado por AMETIC, en colaboración con el Banco de Santander y la Universidad Menéndez Pelayo; en la que participaron Sage, Samsung, Verne Technology Group y Microsoft.
Definir una estrategia
Digitalizar la pyme tiene un paso previo: definir una estrategia. “Debe decidir qué procesos debe optimizar”, explicó Carlos Gándara, director del negocio B2B de Samsung. “Cuidando siempre la relación con el cliente”.
La aplicación de la tecnología en este proceso, lógicamente, es esencial pero no es lo más importante. “Hay que reinventar el modelo”, puntualizó Gianni Cecchin, CEO de Verne Technology Group. A pesar de que la pyme exhibe un modelo en el que disfruta de una estructura plana, poco jerarquizada y basada en procedimientos sencillos, lo que favorece la aplicación de cualquier estrategia, Cecchin señaló una gran barrera: la falta de cultura del dato en la pyme. “No perciben su importancia de su análisis en la toma de decisiones”.
La digitalización exige un cambio cultural. “Pasa por el talento de las personas y de sus capacidades”, recordó José Luís Martín Zabala, vicepresidente de venta indirecta de Sage. “Estamos muy lejos en España de la digitalización de la pyme”, valoró. Sin embargo, el directivo reconoció que “en los últimos 18 meses se ha avanzado más que en los últimos 18 años en este apartado”.
En la definición de la estrategia de digitalización, ésta debe convertirse en un objetivo más en la empresa, “medible, como sucede con el resto de propósitos”, puntualizó Cecchin.
Las pymes deben apoyarse en “empresas especializadas para que les ayuden en esta tarea”, completó. Una red de socios, como corroboró Martín Zabala, que también sean pymes. “De pyme a pyme, aproximándose a ellas y ayudándolas en sus procesos de digitalización”. Se trata, insistió, en desarrollar un modelo de economía colaborativa para “no acometer los proyectos en soledad”. En el aprovechamiento de los fondos europeos, es clave facilitar el acceso de las pymes a los mismos. “El Estado también debe proseguir su digitalización, acercándose al ciudadano y a las empresas de manera sencilla, rápida y eficiente”.
Los trámites burocráticos, recordó Cecchin, no pueden ser un obstáculo para que una pyme acceda a las ayudas. “Ahora bien, sería un error que todas las pymes puedan beneficiarse de ellas: hay que analizar cuáles deben ser receptoras. No puede aplicarse un café para todos”, alertó.
Inversión, no coste
Otra gran barrera a la digitalización es que a la pyme le cuesta ver el beneficio de la misma, observándola como un gasto, no como una inversión. Gandara insiste en el elemento humano. “La capacitación del personal es esencial: cuando se invierte en talento, se construye la estrategia. Sin duda, es lo más importante”.