Coincidiendo con el Día del Emprendedor, ESET lanza una advertencia clara: los emprendedores no son invisibles para los ciberdelincuentes. De hecho, cada vez son más vulnerables. Las pequeñas empresas, los autónomos y las startups se han convertido en uno de los principales objetivos de los ciberataques, no por su tamaño, sino por sus debilidades tecnológicas.
Según datos del Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE), en 2024 se gestionaron más de 97.000 incidentes, de los cuales más de 31.000 afectaron directamente a pymes, micropymes y trabajadores por cuenta propia. El problema se agrava si se tiene en cuenta que, según la Asociación Española de Empresas Contra el Fraude (AEECF), el 78 % de las empresas han detectado un aumento en los intentos de fraude, siendo Internet el canal principal en el 43,6 % de los casos.
Josep Albors, director de investigación y concienciación de ESET España, señala que “muchos emprendedores creen que están a salvo por ser pequeños, pero los ciberdelincuentes buscan precisamente negocios con menos defensas”. El desconocimiento, añade, no exime del riesgo.
ESET identifica cuatro factores que hacen especialmente vulnerables a los pequeños negocios: la alta exposición digital, el uso compartido de dispositivos, la falta de recursos técnicos y una falsa sensación de seguridad provocada por el uso de herramientas conocidas o gratuitas sin una configuración adecuada.
La compañía recuerda que proteger un negocio digital desde el primer día no tiene por qué ser costoso ni complejo. Recomienda acciones básicas como mantener el software actualizado, usar soluciones de seguridad avanzadas, gestionar bien las contraseñas, separar los entornos personal y profesional, y revisar la estrategia de protección de forma periódica.
Más allá de lo técnico, ESET subraya que proteger los sistemas, los datos y la reputación de una empresa es una cuestión de continuidad y confianza: “Emprender no es solo tener una buena idea, también es saber protegerla desde el primer clic”, concluye Albors.