La inteligencia artificial ha dejado de ser una tecnología exclusiva de grandes empresas o laboratorios avanzados. Hoy, forma parte del día a día de muchos negocios, incluso de pequeñas y medianas empresas, que pueden aprovecharla para optimizar procesos, ahorrar tiempo o mejorar la atención al cliente. Aunque durante años se asoció a robots o entornos de ciencia ficción, lo cierto es que su presencia es cada vez más común en tareas cotidianas y accesibles.
Según la segunda edición de la Encuesta Funcas sobre Inteligencia Artificial, el 44 % de los españoles cree que esta tecnología tendrá un impacto positivo en su vida diaria. Esta percepción ha crecido cinco puntos respecto al año anterior, lo que demuestra una mayor confianza social en sus beneficios. Las pymes no son ajenas a esta transformación: muchas ya están incorporando soluciones de IA de forma sencilla, sin necesidad de grandes inversiones ni conocimientos técnicos avanzados.
La IA ya permite, por ejemplo, automatizar tareas como responder correos electrónicos, gestionar agendas o analizar datos de clientes. Herramientas como los asistentes virtuales están ayudando a muchos profesionales a reducir la carga de trabajo y centrarse en lo realmente importante. También se emplea en servicios de atención al cliente, mediante chatbots que funcionan las 24 horas y ofrecen respuestas personalizadas en tiempo real.
Otro uso práctico que ya está al alcance de cualquier pyme es la personalización de productos y servicios. Muchas plataformas de comercio electrónico utilizan la IA para recomendar productos según los hábitos de consumo de cada cliente, lo que puede aumentar las ventas y mejorar la experiencia de usuario. En el ámbito de la gestión del tiempo, existen aplicaciones que permiten organizar mejor la jornada, establecer recordatorios o redistribuir tareas según prioridades, algo especialmente útil para equipos reducidos.
A pesar de estas oportunidades, todavía hay cierta reticencia. Un 29 % de la población sigue viendo la IA con escepticismo y teme que su impacto sea negativo, mientras que un 27 % considera que apenas tendrá efecto. Sin embargo, la tendencia es clara: esta tecnología ya está presente en entornos cotidianos y su implantación en el tejido empresarial, especialmente en las pymes, será cada vez más común.
Uno de los ejemplos más conocidos es ChatGPT, una herramienta de inteligencia artificial conversacional. El 14 % de los encuestados afirma usarla de forma habitual y un 33 % de manera ocasional, aunque todavía hay un 40 % que no la ha probado y un 15 % que no ha oído hablar de ella. Aun así, estas cifras están cambiando rápidamente a medida que más empresas descubren cómo estas herramientas pueden ayudarles a trabajar de forma más eficiente, personalizada y competitiva.