A lo largo de 2015 no se ha dejado de hablar de la trasformación digital del las empresas, una transformación necesaria para su supervivencia. El objetivo es no solo informatizar y automatizar todos los procesos, sino también transformar el modelo de negocio de estas empresas y adaptarlo al nuevo entorno digital, una tarea donde el papel de las consultoras TIC será decisiva.
Esta transformación pasa por adoptar tecnologías emergentes como cloud computing, big data, business intelligence, analytics, movilidad… y un largo etcétera, en muchos casos todavía inédito. Como se puede ver, hablamos de palabras mayores y pensamos en grandes empresas, pero ¿qué ocurre con las pymes? esas empresas que representan más del 90 % del tejido empresarial en España y que son las principales generadoras de empleo.
Según el Ministerio de Industria, en 2014 existían 1,1 millones de pymes, frente a solo 4.188 empresas de gran tamaño. A ellas, se suman 1,5 millones de compañías sin asalariados, en su mayoría autónomos, que no tienen trabajadores a su cargo.
Todo parece indicar que en esta visión “transformadora” nos hemos olvidado de los grandes protagonistas, al menos en número, un error que puede tener graves consecuencias a corto y medio plazo para la economía española y para el empleo, porque estas empresas son mucho más frágiles y para ellas no existen segundas oportunidades.
El nivel de informatización de estas compañías es inferior al de las medianas y grandes empresas y muchas de ellas se encuentran todavía en una etapa predigital, con un equipamiento TI básico e, incluso, sin él.
Nos enfrentamos a un desafío que puede superarnos porque el tiempo digital avanza a un ritmo exponencial y un gran porcentaje de estas empresas no está preparado culturalmente para abordar esta transformación. Además, la aproximación al problema que se realiza desde las consultoras, cuando se produce, que no es frecuente, no suele ser la adecuada: porque el interlocutor y su problemática son muy distintos a los de una mediana y gran empresa.
Hay que conocer a las pymes y hay que entenderlas. Las pymes requieren una empatía especial y sin ella todo será más difícil o imposible. Una relación que se basa, sobre todo, en la confianza, que exige el conocimiento de su problemática de negocio y reclama unas propuestas, tecnológicas y económicas, correctamente dimensionadas y graduales, porque hay que saber convencer desde la experiencia positiva y desde el éxito.
Una tarea apasionante que nos debe convertir en los mejores socios tecnológicas de estas pequeñas empresas que quieren respuestas eficaces y proximidad en el soporte. Si no somos capaces de hacerlo estaremos comprometiendo la recuperación económica, el empleo y la viabilidad de cientos de miles de empresas, imprescindibles parta construir un futuro mejor para todos.
Manuel Cazorla
Director general de Sistel