Procesos arduos y lentos. Una realidad de la burocracia española que provoca que pymes y autónomos se muestren reacios a solicitar las ayudas que el Gobierno ha puesto en marcha para mitigar el impacto de las últimas crisis económicas y favorecer su recuperación y crecimiento. De hecho, según revela el “Informe Hiscox de pymes y autónomos en España”, solo un 31,3 % del total de pymes y autónomos de España tiene un préstamo del Instituto de Crédito Oficial (ICO) y únicamente el 10 % ha solicitado alguna de las subvenciones del plan NextGenerationEU.
Estos datos, como se puede observar en el estudio, varían dependiendo del tamaño y la empresa. Por ejemplo, en el caso de los préstamos ICO, el porcentaje se sitúa en el 29 % en el caso de las microempresas, es decir, de entre uno y nueve trabajadores, y si se trata de pymes sin asalariados la cifra desciende hasta el 10,8 %. Por el contrario, el porcentaje supera el 53 % en el caso de pymes y autónomos que tienen entre 10 y 250 empleados. Un dato que contrasta con el 35,5 % de 2022.
La realidad de las ayudas de los fondos europeos es similar. Según el informe, un 9,1 % de las micropymes españolas ha solicitado alguna ayuda del plan NextGenerationEU, mientras que el porcentaje roza el 19 % en el caso de las pymes de entre 10 y 250 empleados. Por último, entre las pymes sin asalariados el porcentaje se desploma hasta el 3,5 %, un 1,4 % más que el pasado año.
Los datos son más positivos entre las pymes y autónomos que facturan más de dos millones de euros y las que pertenecen al sector comercio. En estos casos, el estudio de Hiscox refleja que el 53,2 % y el 41,7 %, respectivamente, disponen de los créditos ICO. Sin embargo, los porcentajes caen al referirse a los fondos NextGenerationEU ya que únicamente un 14 % de las primeras y un 10,8 % de las segundas los han solicitado.
¿En qué se invierte?
El análisis realizado por Hiscox refleja que el 65 % de las empresas beneficiarias de los fondos europeos los destinaron a la digitalización de sus procesos productivos, mientras que el 19,6 % prefirió destinarlos a innovación e implementación de nuevas tecnologías.
El reskilling y upskilling de la mano de obra (19,1 %), rehabilitación energética de edificios (18,9 %), mejora de la eficiencia y la sostenibilidad (10,8 %), potenciar la ciberseguridad (10,3 %), inversión en inclusión e igualdad (6,4 %), adquisición de vehículos sostenibles (6 %) y atracción de nuevo talento (2,5 %) han sido otras áreas en las que se han invertido las ayudas europeas.