La economía mundial se tambalea. Ya estaba tocada por las numerosas crisis (petrolera, inmobiliaria, cibernética…) que la han sacudido en oleadas en el último siglo. Y ahora, con la pandemia de la covid-19, la situación se ha vuelto aún más incierta en casi todos los rincones del mundo. Pero eso no significa que sea irreversible, todavía tenemos margen para repensar nuestro modelo económico y reconstruir el sistema con un planteamiento más sostenible y más centrado en las personas. Las pequeñas empresas (en España el 97 % lo son), más ágiles e innovadoras por definición, pueden ser el motor de este cambio.
Ahora debemos aprovechar el espíritu de reactivación para romper estereotipos y apostar por modelos de nueva economía que conduzcan a un futuro más sostenible. Este sentimiento es común a muchos, y las intenciones en general son buenas. Sin ir más lejos, hace unas semanas el propio Manuel de la Rocha, secretario general del Departamento de Asuntos Económicos y G20 y máximo responsable de los fondos Next Generation Europe, declaraba respecto a estas ayudas: “queremos llegar con ellas hasta la última pyme del país”. Sin embargo, en la práctica, es difícil que la reactivación en forma de inyección económica del tejido empresarial de base de nuestro país (las pequeñas y medianas empresas) llegue realmente a este destino porque, desgraciadamente, estamos viendo que las grandes corporaciones (y sus influencias) se están repartiendo ya la mayor parte del pastel. Y con ello, posiblemente, veremos cómo las ayudas no llegan a proyectos nuevos e innovadores que puedan impulsar la economía del país, sino a otros que ya tenían en cartera y que aprovecharán para financiar sean o no sostenibles, sociales o innovadores.
Pero el dinero no debería ir a ‘cualquier empresa’, sino que deberían priorizarse dos tipos de compañías: las que están ya siendo pioneras en esta reconversión verde y de digitalización, para que realmente puedan escalar su negocio y crear más impacto; y en segundo lugar a las que, siendo más tradicionales, quieren reconvertirse de verdad y ser más sostenibles. Esa debería ser la prioridad. En España tenemos una materia prima, experiencia y conocimientos que pueden ayudarnos a reinventarnos y a ser líderes, pero para ello debemos desterrar mitos como que en otros países son mejores gestores y empresarios que nosotros. Muchas de nuestras pymes demuestran, en casa y también fuera de ella, que cuentan con los tres pilares fundamentales para competir, si no superar, a las de otros países: El talento, ya que contamos con profesionales eficientes, experimentados y bien formados. La experiencia: la creatividad y la innovación son la base esencial de nuestras empresas desde siempre, muy por delante en este campo que nuestros vecinos del norte de Europa. Y la conciencia. Tenemos ejemplos reales en todos los sectores de la economía de pymes que lideran en sostenibilidad, economía circular, ecodiseño o economía social y solidaria.
Con todo ello tenemos la capacidad del cambio al alcance de la mano. Las herramientas están, ahora hay que utilizarlas en positivo. Por eso en el NESI Global Forum 2021 (que se celebra entre el 25 y el 27 de mayo) queremos crear un debate social y hablar de cómo hackear la economía en positivo y llevar todos esos parámetros a la economía real, para transformarla en un verdadero motor transformador, creador de riqueza y, al mismo tiempo, sostenible.
Tenemos el deber, como sociedad, de romper con aquello que no funciona (y ya lo ha demostrado) y sentar las bases de una nueva economía que atienda a los desafíos sociales, el cambio climático y un mercado laboral justo y con igualdad de oportunidades. Y tenemos que abordar todos los sectores, desde la agricultura -el cultivo ecológico es la base de una alimentación saludable y al servicio de las personas-, hasta la tecnología -como habilitadora y facilitadora de la eficiencia-, pasando por la energía basada en las renovables la moda sostenible, el turismo consciente o un nuevo modelo de ciudad donde el cohousing y el coliving puedan ser a la vez un medio y un fin para paliar problemas sociales.
El objetivo del evento es tratar de encontrar la forma de reinventar la economía y hacer que sea más sostenible y competitiva como una base fundamentada en las pymes que existen en nuestro país y en el fomento y creación de más pymes adaptadas a esa resiliencia que nos pide Europa. Es una excusa para, entre todos, repensar y replantearnos muchos de los aspectos fundamentales que están vinculados a nuestro estilo de vida y la forma de relacionarnos entre las personas. Y debemos hacerlo ya, con vocación práctica, porque en el cambio está el progreso, y sin progreso no hay futuro.
Diego Isabel La Moneda
Cofundador y director de NESI Global Forum