La ciberseguridad ha dejado de ser una preocupación exclusiva de grandes corporaciones y organismos públicos. En un entorno digital cada vez más hostil y regulado, las pequeñas y medianas empresas están llamadas a fortalecer sus defensas tecnológicas para sobrevivir y prosperar. Así lo pone de manifiesto el último Worldwide Security Spending Guide publicado por IDC que proyecta un aumento del 11,8 % en el gasto en seguridad en Europa en 2025.
“La ciberseguridad se ha convertido en un habilitador crítico del negocio, y no solo en una necesidad técnica”, afirma Romain Fouchereau, analista senior de IDC Security. Una afirmación que resuena especialmente entre las pymes, muchas de las cuales siguen sin contar con estrategias de protección adecuadas frente a ciberamenazas cada vez más sofisticadas.
El informe prevé que el gasto en seguridad en Europa alcanzará los 97.000 millones de dólares en 2028, impulsado por factores como el aumento del cibercrimen, las tensiones geopolíticas y la presión regulatoria. En este escenario, las empresas deben prepararse no solo para proteger sus activos digitales, sino también para cumplir con normativas más exigentes que afectan incluso a los negocios de menor tamaño.
Aunque suelen contar con menos recursos, las pymes no están exentas de riesgos. De hecho, su menor capacidad de inversión en seguridad las convierte en un blanco atractivo para los atacantes. “La transformación digital de las pymes avanza rápido, pero muchas no han integrado sistemas de protección a la misma velocidad. Eso las deja vulnerables”, advierte Fouchereau.
Este riesgo es aún más relevante si se tiene en cuenta que el software de seguridad será el grupo tecnológico con mayor crecimiento en 2025, con un aumento previsto del 14,8 %. Plataformas como la protección de aplicaciones nativas en la nube (CNAPP), los sistemas de gestión de identidad y acceso (IAM), y el análisis de seguridad serán fundamentales para proteger entornos IT cada vez más complejos.
Para las pymes, este contexto es tanto un desafío como una oportunidad. Adoptar soluciones de ciberseguridad no solo protege su operativa diaria, sino que también mejora su competitividad y credibilidad ante clientes y socios. “Las empresas están creando marcos de seguridad resilientes no solo para resistir ataques, sino también para sostener transformaciones digitales escalables y seguras”, destaca el informe de IDC.
Países como la República Checa, Hungría e Irlanda liderarán el crecimiento del gasto en seguridad en Europa en 2025, con incrementos superiores al 13 %. Esto muestra cómo los ecosistemas empresariales más dinámicos están invirtiendo en protección como parte de su estrategia de crecimiento digital.
La conclusión es clara: las pymes no pueden quedarse atrás. Invertir en ciberseguridad ya no es un lujo, sino una necesidad para garantizar la continuidad del negocio. “Quien no protege su negocio digital, pone en riesgo todo su modelo productivo”, concluye Fouchereau.