En el actual contexto económico, las pequeñas y medianas empresas se enfrentan a diversos retos para garantizar su estabilidad y crecimiento a largo plazo. Uno de los aspectos más críticos es la planificación de la sucesión, un proceso esencial para asegurar la continuidad de la empresa en caso de cambio generacional o salida de los socios clave. Sin embargo, según el II Informe de Pymes y Autónomos de España de Hiscox, un 90 % de las pymes aún no ha implementado un plan de sucesión, lo que pone en riesgo su futuro a medio y largo plazo.
Aunque se ha registrado una leve mejora respecto a los datos de 2023, cuando sólo el 11 % de las empresas contaban con esta estrategia, la cifra sigue siendo preocupante. En términos generales, solo un 35,1 % de las pymes con un tamaño significativo han establecido planes de sucesión, lo que demuestra que éste es un aspecto prioritario principalmente para las empresas más consolidadas.
El informe también muestra diferencias notables dependiendo de la antigüedad de las empresas. Las pymes más jóvenes, con menos de cinco años de actividad, son las que menos implementan este tipo de estrategias, con solo un 5,8 % adoptando un plan de sucesión. En cambio, las empresas con más de cinco años de funcionamiento experimentan un ligero aumento en la adopción de estos planes, alcanzando el 8,6 %. Este dato refleja una tendencia que indica que, a medida que las pymes maduran, empiezan a percatarse de la importancia de tener una estrategia definida para el futuro.
Otro factor que incide en la implementación de los planes de sucesión es la facturación. Según el informe, el 33 % de las pymes con ingresos anuales inferiores a los 5 millones de euros ya cuenta con un plan de sucesión, lo que refleja que incluso las empresas más pequeñas empiezan a tomar medidas para garantizar su futuro. Sin embargo, este porcentaje sigue siendo bajo, lo que pone de manifiesto la necesidad de una mayor concienciación y educación en este ámbito.
El informe de Hiscox pone de manifiesto que la falta de planificación de la sucesión en las pymes españolas sigue siendo un desafío importante, sugiriendo que, ante la incertidumbre económica y los cambios generacionales, las pymes deben empezar a considerar la implementación de estos planes como una prioridad para asegurar su supervivencia y éxito a largo plazo.