El Gobierno ha decidido comenzar a preparar un documento en que se trataría el nuevo sistema de compensación por copia privada, algo similar al canon digital, ya que supondría una tasa a soportes y dispositivos.
El canon digital ha suscitado siempre el odio entre consumidores y vendedores de productos tecnológicos. Una medida bastante impopular, que nacía en 1996 y con la que se perseguía erradicar la piratería o, al menos, que se pagase una pequeña cantidad para resarcir a los autores objeto de estas prácticas. Sin embargo, este plus añadido al valor de soportes y dispositivos electrónicos, no hizo otra cosa que encender los ánimos.
¿Cuántos no hemos escuchado, alguna vez, cosas como estas? «Si me obligan a pagar el canon digital, significa que puedo hacer copias«, «¿No somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario? Entonces, ¿por qué me obligan a pagar una multa por si me dedico a copiar?«. Probablemente, estos y otros muchos comentarios semejantes, nos sean demasiado familiares, pero también es cierto que hace ya tiempo que no los escuchamos. Concretamente desde 2011.
En 2011 el Partido Popular prometió acabar con el canon digital, aunque la forma de hacerlo no fue la más acertada ya que lo integró como una tasa que se pagaba a las entidades de gestión de los derechos de autor y que se incluía en los Presupuestos Generales del Estado. La noticia generó entonces un debate sobre si era justo o injusto incluir algo así dentro dentro de los presupuestos, pero finalmente quedó relegada a un segundo plano hasta que prácticamente pasó desapercibida. Sin embargo, han sido dos las sentencias que han fallado en contra de la tasa por no ajustarse al derecho. Una en junio del Tribunal Europeo y, otra, este pasado noviembre del Tribunal Supremo.
Según el diario El Mundo, fuentes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte han confirmado que, de momento, se trata solo de una herramienta de trabajo para las negociaciones entre la Administración y los principales actores implicados. Sin embargo, el diario El país, ya avanza algunos dispositivos sobre los que, se supone, se gravará la nueva tasa. Según este diario, la compensación económica para los autores estará gravada sobre el precio de los teléfonos móviles y otros aparatos y soportes de grabación.
Sin embargo, ahora quieren rectificarlos errores que cometieron en ocasiones anteriores con el canon, por lo que se excluirá a las empresas y a las Administraciones Públicas de pagar esta nueva tasa, así como la opción de pedir un reembolso de la misma, en caso de ser personas físicas y jurídicas, que puedan demostrar que las copias realizadas con el soporte o dispositivo, son con fines profesionales.
Esto nos lleva a pensar que los únicos sobre los que recaería este nuevo «canon digital» serían los usuarios finales que quisiesen comprar CDs, tarjetas SD, discos duros, móviles o cualquier otro tipo de dispositivo de almacenamiento. Sin embargo, si se trata solo de un documento de trabajo, aún queda mucho recorrido hasta que llegue a aprobarse y pueden realizarse múltiples ajustes. Pese a todo, El País ya ha dado una fecha para la posible entrada en vigor de la nueva tasa: el próximo 1 de enero de 2017.