El tejido empresarial español está compuesto mayoritariamente por pequeñas y medianas empresas, muchas de ellas de carácter familiar. Según datos del Instituto de la Empresa Familiar, cerca de 1,1 millones de compañías en España (el 89 % del total) son negocios familiares. Sin embargo, uno de los grandes desafíos a los que se enfrentan actualmente es el relevo generacional, un proceso que, en la mayoría de los casos, termina sin éxito. Así lo advierte Jorge Fernández, socio del despacho de abogados AF Legis, quien señala que “solo una de cada tres familias consigue culminar con éxito la transición entre generaciones”.
Desde este bufete explican que las causas del fracaso son múltiples: falta de planificación, conflictos internos, carencia de protocolos claros o la resistencia de la generación saliente a ceder el control. Esta combinación de factores supone una amenaza directa para la continuidad de miles de empresas, y por extensión, para la estabilidad de la economía nacional. “El traspaso del control de una compañía no debería dejarse al azar, ni al capricho del calendario”, subraya Fernández.
Uno de los principales focos de tensión en estos procesos es la dificultad para alcanzar consensos. En muchos casos, quienes han fundado el negocio tienen una fuerte vinculación emocional con el proyecto y encuentran complicado delegar decisiones estratégicas. Las disputas entre hermanos, los enfrentamientos por liderazgo o los conflictos derivados de la retribución y el reconocimiento son algunos de los escenarios más habituales, y, a menudo, acaban provocando el colapso del negocio familiar.
Los expertos advierten también del riesgo que supone una toma de control poco reflexiva por parte de las nuevas generaciones. “Pensar que una empresa consolidada y rentable puede gestionarse sin experiencia ni formación específica es un grave error”, apunta Fernández. La continuidad empresarial, añade, requiere humildad, preparación y una clara conciencia del esfuerzo previo invertido por la generación fundadora.
Para evitar estas situaciones, AF Legis recomienda la elaboración de un protocolo familiar, un documento legal que establece normas internas claras sobre funciones, reparto de responsabilidades y reglas de sucesión. Reconocido en el marco del Real Decreto 171/2007, este instrumento permite anticipar posibles conflictos y blindar el capital familiar ante contingencias como divorcios o fallecimientos. “Solo un 30 % de las empresas familiares sobrevive al relevo generacional. Contar con un buen protocolo puede marcar la diferencia”, concluye Fernández.