Probablemente, si Graham Bell levantase la cabeza, se sentiría orgulloso de haber comenzado un camino que nos ha llevado a las comunicaciones que conocemos hoy en día porque, sin aquella primera llamada, llevada a cabo por el inventor del teléfono, el 10 de marzo de 1876, probablemente hoy no habríamos llegado a la VoIP que tantas ventajas proporcionan al mundo empresarial. Una tecnología por protocolo internet con la que se pueden realizar llamadas desde teléfonos tradicionales, teléfonos VoIP, ordenadores y teléfonos móviles.
Y una VoIP que llevó a muchas compañías a dar un giro y cambiar sus equipos analógicos por este tipo de terminales, si bien el camino hacia la calidad no siempre fue el esperado en sus primeros tiempos. El desarrollo en el mundo de las comunicaciones nos está llevando al esperado 5G, que tan solo contará con una latencia de entre uno y cinco milisegundos y aportará, según el operador de telecomunicaciones masvoz, un ahorro de costes a las organizaciones de hasta el 80 %, por la utilización de la misma red para la transmisión de voz y datos. A lo que hay que añadir que las llamadas entre extensiones de la misma compañía serán gratuitas.
¿Otras ventajas añadidas? La utilización del mismo sistema para llevar a cabo las llamadas, videoconferencias o chat con el resto de compañeros. Una mejora en el servicio de atención al cliente, configurando diferentes funcionalidades. O una mayor flexibilidad a la hora de teletrabajar, al poder comunicarse desde el ordenador de casa con la oficina con la red doméstica.
Todo ello ha hecho que hoy en día los servicios de telefonía IP se hayan convertido en una solución real para el mundo empresarial. Según datos aportados por Market Insigts, el mercado global de VoIP el año pasado estaba valorado en 77.400 millones de dólares, cifra que llegará, según apuntan las previsiones, a 93.200 millones de dólares a finales del año 2024, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 3,1% entre 2019 y 2024.