Mejorar la facturación de una empresa está en manos de todos, pero a veces nos volcamos en realizar estudios, analizar el mercado, pedir consejo a asesores, en definitiva, buscar las soluciones complicándonos demasiado la vida. Tenemos que tener en cuenta que, muchas veces, menos es más.
En muchas ocasiones, las cosas más sencillas, son las que mejores resultados ofrecen. Por eso, queremos mostraros cuatro puntos muy básicos y sencillos que, con un poco más de atención, puede ser de gran ayuda para aumentar la facturación de nuestra empresa.
Olvidarnos de los canales de comunicación
El canal más típico es el teléfono, pero evidentemente, no vamos a olvidar responder una llamada. Sin embargo, el correo electrónico es uno de los medios de comunicación más utilizados para ponernos en contacto con nuestros clientes y este, sí podemos llegar a desatenderlo. Sabemos que atender a todos los correos electrónicos es una tarea tediosa y que, en ocasiones, no nos da tiempo a realizar. Sin embargo, hay que sacar tiempo para ello. Nosotros invertir algo de tiempo por la mañana, tal vez mientras nos tomamos el primer café, es un momento en el que estamos tranquilos y podemos prestar atención a los mensajes.
Las redes sociales tampoco deben ser desatendidas. Es cada vez más habitual que las empresas y compañías tengan cuentas y perfiles en redes sociales, pero no todos las gestionan de manera adecuada, ni atienden a todo lo que en ellas aparece. Los mensajes directos o las menciones, debemos tenerlos en cuenta, sobre todo porque puede ser otra vía por la que nuestros clientes traten de ponerse en contacto con nosotros.
Los comentarios en nuestro blog o página web, son otra herramienta importante para comunicarnos con nuestros clientes. Si los mensajes no se aprueban de forma automática, no podemos dejarlos durante meses esperando la aprobación, esto da muy mala imagen. Responder es algo fundamental y, en caso de que los comentarios sean aprobados de manera automática, debemos estar atentos y tener un cierto control sobre lo que se publica ya que en algunos casos se nos puede colar SPAM.
Además de estar atentos a los canales de comunicación, hay que responder a los mensajes. No vale solo con ver que han llegado los mensajes y luego olvidarnos de darles una respuesta. Tanto como si es para adquirir uno de nuestros productos o servicios, para dar una queja o una sugerencia o para resolver alguna duda, siempre debemos responder. Esta última premisa nos lleva al siguiente error.
No tener en cuenta la opinión de nuestro cliente
«El cliente siempre tiene la razón», esta premisa ha sido válida durante muchos años, pero ahora parece que esto está cambiando. No decimos que esta frase contenga la verdad absoluta, ni que el cliente siempre tenga razón – porque, a veces, no es así – pero siempre hay que escucharlo. Tener en cuenta su opinión nos ayudará a mejorar, puesto que no siempre vemos nuestros propios fallos y necesitamos que alguien nos los muestre. Aprender de nuestros errores o tomar ideas de aquellos que están fuera de nuestro negocio, es algo que aporta mucho más valor a lo que ya de por sí hacemos.
No comprender cómo funciona nuestra empresa
Parece que nunca podremos llegar a caer en este error, pero si lo pensamos fríamente y nos detenemos unos cuantos minutos ante la pregunta: ¿conozco mi empresa a fondo? Probablemente nos salten a la vista pequeñas lagunas para las que no tenemos respuestas. En ocasiones no comprendemos cuál es la relación de cada una de las personas que trabajan con nosotros, otras veces nos damos cuenta de que no somos capaces de describir completamente nuestros productos o de que, simplemente, lo hemos estado haciendo mal. Parece una locura, pero sucede. Solemos estar tan pendientes de nuestro día a día, de hacer y decir siempre lo mismo que, en muchas ocasiones, nos aprendemos el discurso y no salimos de ahí. Por eso, lo mejor es tratar de plasmar – en la medida de lo posible – las relaciones entre los compañeros, comprender a qué se dedica cada uno de ellos con el objetivo de sacar el máximo rendimiento a la empresa y comprender nuestros productos o servicios al máximo nivel, porque será la única manera de poder defenderlos ante los clientes.
Mantener un catálogo obsoleto
Sabemos que realizar un catálogo en el que aparezcan todos nuestros productos con sus respectivas descripciones, imágenes, etc., es bastante trabajoso. Sin embargo, es esencial y no podemos dejar que quede en el olvido. Son muchas las pequeñas empresas que hacen un esfuerzo para generar este catálogo y luego lo dejan ahí, alojado en su página web pero sin volver a actualizarlo en demasiado tiempo. Esto no es bueno, si no hay actualizaciones, novedades y toda la información que podamos añadir, nuestros clientes dejarán de acceder al catálogo, por lo tanto el esfuerzo no habrá servido de nada.
Debemos atender a nuestros catálogos porque son tan importantes como el escaparate. Son nuestra forma de mostrar todos nuestros productos y, por eso, deben contener toda la información que seamos capaces de recopilar. Además, vivimos en una sociedad que cambia constantemente, donde los usuarios demandan nuevas necesidades a cada rato y nosotros tenemos que poder cubrir esas necesidades con nuestros productos. Por este motivo, actualizar nuestro catálogo con novedades es imprescindible para que nuestros clientes sigan tomándolo como un referente donde ir a buscar lo que necesitan.
Sabemos que estos cuatro puntos son algo muy sencillo y, tal vez, bastante obvio. Sin embargo, volvemos a la premisa de que «menos es más» y si dejamos de cometer estos cuatro errores, lo más seguro es que nuestra facturación lo agradezca.