25 ediciones han marcado una década para los asesores españoles, con un camino en el que prima la excelencia, tal y como reza su eslogan en las últimas ediciones de su foro de asesores. Un foro, el de Wolters Kluwer. que ha congregado a más de 1.200 profesionales, en Madrid, ávidos de conocer las novedades legislativas y profundizar en las líneas a trazar para seguir incidiendo en la transformación y el crecimiento del despacho profesional.
Josep Aragonés, director general de Wolters Kluwer Tax & Accounting en España, ha recordado que esta división lidera el sector del software de gestión, al tiempo que ha destacado que son el primer fabricante de soluciones reguladas del mundo,
Su relevancia se eleva hasta la presencia de sus soluciones en más de 60.000 despachos europeos y más de cinco millones de pymes, o más de siete millones de nóminas llevadas a cabo con sus aplicaciones.
En su discurso de bienvenida, Aragonés no ha querido dejar pasar por alto que hoy en día todo gira alrededor de la economía 4.0, la transformación y el dato. Además, ha comparado la transformación del despacho con la de las grandes multinacionales o cualquier otra compañía. “Vosotros como empresa de servicios de valor añadido estáis viviendo un proceso de transformación que va muy rápido”, ha dicho a los asistentes, También ha destacado que los avances producidos por la transformación digital contribuyen a mejorar la relación del despacho con sus clientes por medio de “soluciones colaborativas” como las desarrolladas por Wolters Kluwer, que conectan el entorno de trabajo del asesor con el de la pyme para que ambos aumenten su productividad, competitividad y eficiencia.
Durante su ponencia ha subrayado los cinco pilares que forman parte de los despachos que asesoran a las pymes, entre ellos la necesidad de segmentar para dar una oferta diferente al cliente. “La información de los datos tienen que valer para ordenar una propuesta de valor”, ha asegurado. Mecanizar procesos para mejorar la eficiencia y ganar tiempo, también es fundamental para el directivo. Así como la colaboración, incorporando al cliente o usuario a algunos procesos. Todo ello junto a la gestión del cambio, no dejando nunca de intentar ser mejores, probando cosas nuevas. Y por último, no perder de vista la gestión de clientes, procesos y tareas.