Resulta difícil pensar en el correcto funcionamiento de la economía de un país sin el papel que desempeña el transporte. Particularmente, en el nuestro, el sector representa casi el 3% del PIB nacional, y el 94% de las toneladas que se transportan se desplazan por carretera –frente a una media europea del 74%–, lo que nos convierte en el quinto país de la UE que concede mayor protagonismo a esta modalidad de transporte de mercancías.
Según el INE, en torno a 590.000 personas trabajan, ya sea como asalariados de empresas de transporte o como profesionales autónomos, conduciendo los vehículos que hacen posible que las diferentes industrias dispongan de las materias primas o los productos manufacturados para continuar la cadena de producción; que esos productos ya acabados se distribuyan a los diferentes puntos de venta; y que aquellas ventas que se formalizan a través de Internet lleguen a las manos de los usuarios que optaron por las tiendas online para adquirir esos bienes de consumo.
En definitiva, sin un sistema de transporte de mercancías por carretera eficaz que dé respuesta a las necesidades de unos y otros actores de la economía (productores de materias primas, fabricantes y empresas, establecimientos comerciales y consumidores), el fluir de nuestro modelo económico se vería seriamente afectado.
La eficacia del sector pasa, sin duda, por la agilidad en la contratación de los servicios de transporte y la rapidez y eficiencia en el reparto de esas mercancías o productos manufacturados, y para alcanzar la excelencia en esta importante actividad económica resulta imprescindible que el transporte de mercancías por carretera culmine con éxito su transformación digital; un camino que ya ha comenzado, pero en el que aún queda un largo trecho por recorrer.
Muchas de sus operaciones diarias aún no han integrado soluciones tecnológicas inteligentes y dependen en gran medida de herramientas tradicionales, como el intercambio de emails y llamadas y la utilización de albaranes de entrega y documentación físicos, que se traducen en una comunicación ineficiente. Estas circunstancias obligan a las empresas de transporte a buscar urgentemente nuevas maneras de implementar una planificación logística eficiente y flexible que se adecue a los cambios en las expectativas de los clientes del mundo digital.
Innovaciones aplicadas al transporte
Tecnologías como la inteligencia artificial, machine learning, business intelligence, blockchain, aplicaciones móviles, geolocalización, etc., consiguen mejorar la organización de los recursos y mayor eficiencia en el servicio, proporcionar más información sobre la trazabilidad de las mercancías transportadas, ofrecer mejores condiciones laborales a los profesionales del sector y causar un menor impacto ambiental.
Entre las innovaciones más eficaces aplicadas al transporte destacan los sistemas de gestión de flotas, que permiten llevar un seguimiento exhaustivo tanto de las cargas como de los transportistas, y los sistemas de optimización de rutas, que consiguen eliminar ineficiencias y rentabilizar al máximo la capacidad de los vehículos.
Los trayectos realizados sin carga pueden llegar a representar hasta un 40% de los kilómetros recorridos por los camiones. Sin embargo, a través de marketplaces o plataformas tecnológicas que facilitan el contacto entre las empresas que necesitan hacer envíos y los operadores de transporte, es posible reducir esos kilómetros en vacío y, por tanto, también los costes por consumo de combustible y la emisión de gases contaminantes. Asimismo, al eliminar posibles intermediarios la tecnología favorece una mayor transparencia y evita el encarecimiento del servicio realizado.
Por otro lado, en momentos de máxima demanda de transporte, como puede ser la campaña de Navidad, se acusa un problema que viene manifestándose en los últimos años no sólo en España, sino en toda Europa y también en Estados Unidos: la escasez de profesionales del sector.
Las grandes empresas cargadoras encuentran serias dificultades para conseguir suficientes conductores para cubrir las necesidades de abastecimiento y entrega de los productos vendidos por las grandes superficies, y fuentes del sector creen que harían falta entre 10.000 y 15.000 transportistas más para responder a la demanda en esta época del año.
De nuevo, la digitalización podría ser, si no la solución definitiva a este problema crónico del sector, sí una manera de aliviar sus síntomas. Los distribuidores y empresas cargadoras que recurren a las plataformas B2B encuentran en ellas una amplia red de transportistas profesionales que pueden dar salida a sus servicios tanto para sus picos de demanda como para sus rutas regulares, con la ventaja de que ya incorporan la tecnología necesaria para poder llevar un seguimiento en tiempo real de los vehículos contratados.
Las tecnologías y dispositivos móviles también han adquirido aquí un papel protagonista. Ahora los transportistas, a través de su teléfono móvil tienen la posibilidad de acceder directamente a esas plataformas digitales en las que pueden seleccionar las cargas que mejor les encajan por la ubicación geográfica en la que se encuentran, el recorrido que van a realizar y la disponibilidad de espacio en su vehículo. De este modo optimizan su tiempo de trabajo, evitan gastos innecesarios de combustible, pueden realizar más servicios e incrementar sus ingresos, con lo que mejoran sus condiciones laborales al tiempo que son capaces de dar respuesta a la demanda del sector de una forma más eficiente.
Gonzalo Parejo
CMO y cofundador de Ontruck