Al finalizar el año las empresas hacen balance o evaluación general de cómo se ha desempeñado el trabajo de los empleados durante el año. Algo necesario pero que puede resultar poco efectivo. Por eso se aconseja dar feedback constante a los empleados, ya que esta práctica es mucho más efectiva, a pesa de que el 21 % de los directivos que cuentan con personas a su cargo evita ofrecer a sus empleados una retroalimentación de su trabajo, lo que los lleva a no ser conscientes de sus errores y poder mejorar.
Pero, afortunadamente, la forma de gestionar el talento y organizar el trabajo está cambiando gracias al desarrollo de las nuevas tecnologías. En este sentido, Execoach defiende el uso de los cinco puntos que componen el proceso conocido como Feedback Wrap durante todo el año y no solo al finalizar el ejercicio:
- Describir el contexto: antes de dar el mensaje al empleado hay que realizar una descripción del contexto específico. Esto le ayudará a la persona que recibe el mensaje a entender mejor la situación concreta que debe cambiar.
- Elaborar una lista con observaciones: dicha lista debe ser concreta, específica y sin juicios de valor y opiniones personales. El directivo debe hablar de los puntos negativos o de mejoras, pero también sobre debe hacer hincapié en las fortalezas y los aspectos positivos. El 67 % de los empleados que reciben un feedback enfocado en sus fortalezas se siente más comprometido con la compañía y aumenta la productividad más de un 12 %.
- Expresar las emociones: los encargados de emitir la valoración pueden expresar sus sentimientos sobre el tema que se está tratando. Esto ayudará a crear conciencia sobre el impacto que tienen algunos hechos sobre las emociones de las personas.
- Expresar las necesidades: se trata de compartir qué es lo que se espera de la persona a la que se esta valorando. Esto servirá de gran ayuda al empleado a focalizar sus esfuerzos.
- Explicar las sugerencias de mejora: es fundamental que la petición se haga de manera muy concisa y que sea recibida como una sugerencia y no como una imposición.
“Realizar una valoración de objetivos al finalizar el año es algo muy habitual en las compañías antes del comienzo de las vacaciones de Navidad. Es comprensible y necesario”, ha explicado Ángel Martínez, socio de Execoach. “Sin embargo, este balance no tiene ningún sentido si a lo largo del año el mánager no se toma la molestia de ir evaluando el trabajo de sus empleados con regularidad, empatía, transparencia y un enfoque constructivo. Es un hábito que hay que adquirir y que muchos deberían convertir en su buen propósito para 2020”.