Queda ya lejos el fin del estado de alarma, pero desde luego no han desaparecido los motivos para estar alarmados. Los rebrotes de la covid-19 se han ido incrementando a lo largo de todo el verano, y septiembre se presenta como un horizonte incierto en el que la sombra amenazante de un nuevo confinamiento no deja de planear sobre nuestras cabezas.
Las pymes miran al futuro con temor. Los meses pasados con la persiana echada han supuesto para muchas una debacle económica de la que no se han podido recuperar. La Confederación Española de Comercio, (CEC), calcula que a finales de este año podrían haber cerrado en torno a 100.000 tiendas en nuestro país, un 20 % del total. Pero la crisis no solo ha afectado a los comercios. Empresas de todo tipo y de todos los sectores han visto peligrar su supervivencia a causa de la pandemia. Y ni siquiera las que han recuperado su actividad durante el verano tienen todas consigo respecto a si lograrán salir victoriosas de esta batalla.
Lo cierto es que, aunque lamentablemente algunas se quedaron ya en el camino, las que han seguido luchando han tenido que armarse de valor, ingenio, serenidad y mucho, mucho esfuerzo para volver a abrir al público y ponerse de nuevo al servicio de sus clientes.
Esta crisis ha representado un gran reto para las pymes. Un reto de digitalización, pues muchas han encontrado en Internet la única salida posible para seguir activas a pesar del cierre de sus negocios físicos. De hecho, ahora que están abiertos, lo recomendable es que sigan apostando por lo digital; por lo que pueda pasar y porque esa era una evolución necesaria, y seguramente un objetivo a medio plazo, aunque por necesidades del guion en estos meses hayan tenido que pisar el acelerador.
También ha sido un reto de flexibilización y reorganización. El traslado al domicilio de cada empleado de la actividad principal de la compañía ha obligado a repensar muchas teorías y a revisar muchas prácticas dentro de los procedimientos de las organizaciones. El teletrabajo ha demostrado ser una alternativa viable, incluso para los más escépticos, pero requiere la implantación de nuevos modelos de trabajo y de relaciones laborales que llevan implícitos diversos cambios -el primero, de mentalidad- tanto para el equipo gestor como para los trabajadores.
Y, por último, en la fase de reapertura, la crisis es también un reto de adaptación de los espacios de trabajo al nuevo escenario. Aquellos negocios que han reiniciado su actividad han tenido que adoptar una serie de medidas impuestas por las autoridades sanitarias para que, tanto las empresas que operan de cara al público como aquellas en las que conviven equipos de profesionales, puedan ofrecer a sus clientes, empleados y proveedores unas condiciones de protección que minimicen el riesgo de posibles contagios.
Respuestas ante las necesidades
Tanto desde la Administración central como desde los diferentes gobiernos autonómicos y locales se han desarrollado documentos que recogen recomendaciones y directrices de buenas prácticas en los centros de trabajo, que van desde extremar las medidas de higiene y desinfección de espacios comunes y mantener las distancias interpersonales hasta facilitar el uso de gel hidroalcohólico y exigir el uso de mascarillas.
Sin embargo, para muchas pymes no resulta fácil saber qué medidas están obligadas a implantar, cómo proceder a su adopción de forma eficaz y asegurarse de que son seguidas por toda su plantilla… En definitiva, cómo llevar a cabo una gestión adecuada de la situación a la que nos vemos abocados a causa de la pandemia.
Lo que sí está claro es que la sociedad necesita certezas ante tanta incertidumbre. Los ciudadanos necesitan confianza ante tantos temores. Tanto desde el punto de vista del cliente como del empleado, necesitamos sentirnos tranquilos a la hora de acceder a un establecimiento público o a nuestro puesto de trabajo, pensando que lo hacemos con unas ciertas garantías de protección. Aun sabiendo que el riesgo cero no existe, pero sí la que precaución y la prevención reducen las posibilidades de contagio.
Si no existen certezas, confianza y sensación de protección, los consumidores no saldrán a la calle y los negocios no podrán recuperar un ritmo mínimamente viable. Si no velamos por la salud de la ciudadanía, no lograremos alcanzar esa reactivación económica que tanto necesita el país.
Conscientes de ello, desde la Consejería de Economía, Empleo y Competitividad de la Comunidad de Madrid, el pasado 1 de junio se puso en marcha, a través de la Fundación Madrid por la Competitividad, la iniciativa Garantía Madrid, como una de las 30 medidas del Plan para Reactivación de la Comunidad de Madrid.
Sus objetivos son, en primer lugar, ayudar a comercios, oficinas, empresas, industrias, asociaciones, ONG, pymes y autónomos de la región a adaptarse al nuevo escenario económico y social derivado del COVID-19, ofreciéndoles información y formación; y en segundo lugar, certificar su compromiso con la creación de un entorno de confianza que favorezca la reactivación económica del territorio.
Las empresas que reciben el Identificativo Garantía Madrid obtienen, por tanto, un documento que acredita su compromiso con la salud de ciudadanía, y al mismo tiempo, a través de un código QR, informa a sus clientes, empleados y proveedores de la normativa y las recomendaciones adoptadas para protegerles frente a la covid-19 No se trata de un sello “covid-free” al uso, sino de una certificación de que la entidad que lo luce está cumpliendo con su responsabilidad y contribuyendo a frenar la pandemia.
Para su concesión, las organizaciones tienen que aportar por vía telemática los documentos y pruebas documentales que acreditan que cumplen las medidas sanitarias y organizativas prescritas por las autoridades, así como aceptar la realización de inspecciones in situ de carácter aleatorio. Posteriormente, el Identificativo Garantía Madrid se emite de forma gratuita como resultado de un proceso técnico solvente de verificación.
Hoy son más de 200 entidades las que han obtenido este Identificativo, desde negocios locales de pequeños de municipios hasta grandes compañías con sede en la capital. En total, se expone ya en más de 3.000 espacios de actividad económica de la Región, contribuyendo a generar ese clima de confianza que tanto necesitamos para seguir enfrentándonos a esta situación compleja que no habríamos sido capaces siquiera de imaginar.
María Pérez
Directora del Área Técnica de Certificación y Reconocimiento Madrid Excelente. – Garantía Madrid. Fundación Madrid por la Competitividad