La covid-19 ha provocado dos crisis, una sanitaria y otra económica. Esta última, resultado del confinamiento y de las numerosas restricciones impuestas para frenar la pandemia, ha dejado, según datos del Banco de España, al 25 % de las compañías españolas en situación de quiebra técnica. Una cifra que podría llegar hasta el 30 % si la situación sigue prolongándose.
“La evidente vulnerabilidad de las empresas españolas, debido a su pequeño tamaño frente a las grandes economías de la Unión Europea, nos hace pensar en un descuelgue en la recuperación económica”, ha indicado Igor Ochoa, CEO de Dipcom Corporate. Tal y como ha explicado Ocho en la consultora se han incrementado las peticiones de información por parte de las pymes.
Esto se debe a la vulnerabilidad de estas empresas, ya que en España el 99 % del tejido empresarial son pequeñas y medianas empresas, de las cuales “el 89 % tiene un equipo formado por diez o menos trabajadores lo que limita sus recursos”, ha comentado el directivo. A esta debilidad se le suma que las empresas españolas no pueden sobrevivir más de 60 días sin ingresos y afrontando unos costes fijos. Lo que provoca la quiebra de estas organizaciones.
Pero este escenario puede verse agravado, ya que “el vencimiento de los programas de ayudas del Gobierno, un alto desempleo y una precaria perspectiva financiera para muchos sectores conducirán a una dramática subida en el número de concursos de acreedores a principios de 2021”, ha subrayado. En este punto Ochoa ha recalcado la necesidad de dar una oportunidad a esta opción. “Acogerse a ellos no tiene que conducir necesariamente a la liquidación, e incluso cuando lo hace, se protege la empresa de embargos y ejecuciones, abriéndose un proceso de negociación con acreedores que permite que la empresa tenga una oportunidad de recuperarse”, ha explicado.
Entonces, ¿están las pymes frente a su salvavidas? Desde Dipcom Corporate ven el concurso de acreedores como un proceso flexible que puede recuperar la unidad productiva del negocio, incluso en la fase de liquidación. Y es que esta herramienta permite conseguir una refinanciación de la deuda hasta un plazo de cinco años, tiempo que podría llegar hasta los 10 años en casos excepcionales.