Las Tecnologías de la Información son parte de ese consumo energético cuya eficiencia puede mejorar y son al mismo tiempo una herramienta muy interesante que nos ayuda a controlar y disminuir el coste derivado de la propia energía, permitiendo un consumo mucho más optimizado. ¿Cómo reducir el gasto?
Si nos paramos a pensar un poco, se nos vendrán a la cabeza un gran número de pequeños gestos que podrían disminuir el consumo energético de una compañía, como apagar las luces del almacén cuando no hay nadie o disminuir el consumo de papel. Pero también hay grandes gestos que, utilizados de una forma inteligente y controlada, reducen tanto el gasto energético como el económico. Podemos dividirlos en tres grandes grupos:
Consumo de energía industrial: hemos querido llamar así a todo el consumo derivado de la actividad de una compañía al margen de las Tecnologías de la Información. Básicamente la climatización, iluminación, combustibles fósiles, agua, papel, consumibles y otros recursos. Las TI pueden resultar ser un factor diferencial en este punto, creando sistemas inteligentes que procuren ese ahorro energético. Las soluciones que monitorizan el consumo energético y que actúan e informan ante excesos reducen el consumo drásticamente.
Las TI como consumidoras de energía: Según IDC una de las principales consumidoras de energía en cualquier compañía, y la que más crecimiento tiene en los últimos tiempos, es la tecnología. Vigilar su uso y la “salud” de los equipos es fundamental. Hoy en día soluciones como la virtualización —compartir recursos tecnológicos para reducir el número de equipos—, un sistema de backup eficiente, o aplicaciones que nos ayuden a gestionar el consumo de nuestro puesto de trabajo pueden crear grandes diferencias en el ahorro. La puesta en marcha de estas soluciones y una buena gestión de las mismas, además de cumplir su objetivo principal, puede aportar grandes reducciones de costes derivados de mejoras de los consumos.
Políticas y procesos de la empresa: Este tercer grupo es muy importante. Hábitos establecidos como válidos y no revisados como horarios de trabajo, gasto en viajes, impresiones, políticas de limpieza, reciclaje y renovación de equipamiento…, suponen grandes ineficiencias en lo que respecta al consumo energético. Una revisión de esas políticas y procesos, donde se tiene en cuenta la filosofía de Green IT, puede suponer reducir los costes de una manera tremendamente considerable.
Alcanzar los objetivos
La solución para lograr esos ansiados ahorros pasa por considerar las TI como elemento clave para conseguir una disminución en el consumo de energía en todos los aspectos antes mencionados. Para ello, el primer paso se encuentra en un proceso de auditoría que tiene dos propósitos fundamentales: evaluar la situación y tomar medidas para mejorarla.
Lo primero sería establecer el punto de partida en la situación energética de la compañía. Es decir, conocer cómo se distribuye el consumo de energía y cómo se hace desde el punto de vista de eficiencia. Después habría que determinar un plan estratégico para la eficiencia energética, basado en una serie de proyectos, cambios, medidas y/o políticas acompañados de su correspondiente estudio e impacto económico, teniendo claro, a priori, el ahorro que se puede conseguir.
El segundo paso es la puesta en marcha en sí de las medidas. Habrá cambios en los que, bien serán las propias Tecnologías de la Información las protagonistas del ahorro —por ejemplo, proyectos de virtualización y consolidación—, o bien serán la herramienta que nos permita mejorar, controlar y medir el consumo en otras infraestructuras o, como ocurrirá en la mayoría de los casos, tendremos un conjunto de ambos.
Los beneficios y ventajas que aportan la aplicación de medidas y políticas relacionadas con Green IT son muy importantes. Cabe destacar como uno de los principales beneficios el ahorro de costes que puede suponer para una organización implantar el plan estratégico de eficiencia energética. Son muchos los proyectos y medidas que se pueden poner en marcha con un retorno de inversión más que interesante, y es fácil ver cómo las compañías reducen su factura de electricidad de una forma considerable o disminuyen un equipamiento sobredimensionado, con el ahorro tanto de su consumo energético como de los costes producidos por el mantenimiento.
Junto con el beneficio tangible del ahorro de costes, se produce otro más difícil de cuantificar expresamente, pero no por ello menos importante, que se obtiene de la mejora en los procedimientos y procesos. La mejora de la productividad que viene relacionada con la adopción de medidas “Green” es elevada y ayuda a redirigir mejor los recursos.
Finalmente, el cuidado del medioambiente y la reducción de emisiones contaminantes es una preocupación de las corporaciones a nivel mundial y prácticamente una obligación de todos hoy día. El aprovechamiento energético aplica directamente a nuestra aportación por el cuidado de la naturaleza.
La eficiencia energética está dejando de ser una opción para convertirse en una prioridad de cualquier organización. Aprovechemos las ventajas que nos aporta.
Francisco Rubio
Director técnico de EPMTIC, empresa instalada en el Parque Científico de Madrid.