Resulta curioso que no dejas de leer en los medios noticias sobre la “nueva promesa del Real Madrid”, “la nueva perla del Barcelona”, “el talento del prodigioso chaval del Atleti”… pero a la hora de la verdad, la afición, y el equipo, acaban buscando al hombre de los galones. Acabamos de comprobarlo en la reciente Final Four de baloncesto de Madrid, donde Andrés Nocioni, un “veterano” de 36 años que, a principio de temporada algunos aficionados del Real Madrid veían como un lastre, se ha erigido en el mejor jugador del torneo, ayudando a ganar a su equipo una Copa de Europa, veinte años después.
Y es que parece que en el deporte, como en el mundo empresarial, llega un momento en el que la edad puede llegar a ser un condicionante para seguir desempeñando tu actividad. Ejemplos como el de Nocioni en el deporte o el de Javier Nadal, que se ha incorporado como socio consejero de Neolabels, demuestran que el talento senior tiene un intangible que no siempre se sabe ver o explotar adecuadamente y que puede ser de un valor incalculable a la hora de cosechar grandes éxitos.
Ventajas competitivas
En los últimos años estamos acostumbrados a ver cómo con el auge de las startups y de los emprendedores el ‘talento senior’ se ha venido asociando principalmente con el de la figura del inversor o del business angels que invierten dinero en las empresas. Cuando precisamente, el verdadero valor del ‘talento senior’ para una empresa va mucho más allá, y debe aportar a una empresa al menos tres grandes ventajas competitivas:
En primer lugar la experiencia. Decía Jardiel Poncela que “la experiencia es una enfermedad que no se contagia”. Quizás por eso, en 2014 seis de cada diez empleos creados los cubrieron personas con más de cincuenta años. En el deporte la experiencia es un grado adicional de veteranía y en el mundo empresarial donde cada día la compañía se juega su supervivencia, tomar una decisión acertada ante una situación imprevista del mercado o como reacción a un movimiento de tu competencia, requiere de alguien que entienda el negocio, aporte la calma y la experiencia para ayudar a tomar las mejores decisiones.
En segundo lugar el conocimiento empresarial y la visión estratégica, tanto si se trata de una persona que ha estado mucho tiempo trabajando en una misma empresa como si ha sido una persona que ha cambiado mucho de compañía. En el primer caso aporta un profundo conocimiento y entendimiento del negocio, y en el segundo, la experiencia y visión que ofrece la vivencia de diferentes sectores, empresas y metodologías para hacer las cosas.
Y en tercer lugar, la habilidad de gestión, ya que no solo cuenta con la flexibilidad para adaptarse a cualquier equipo ya formado, sino que además tiene la experiencia para ayudar a llevarlo a lo más alto, aprovechando las cualidades de cada uno de los miembros de ese equipo. Y es ahí donde reside ese valor intangible del ‘talento senior’, capaz de hacerse notar con su presencia cuando las circunstancias lo piden, o de hacer brillar al resto de tu equipo cuando así lo requiera el contexto.
Y es que, como ocurre con el whisky de mezcla, el “blended whisky”, las compañías que mejor saben aprovechar los ingredientes que disponen y combinar su experiencia con destreza son las que más gustan y perduran en el mercado. Son empresas “blended”, donde la mezcla perfecta entre el conocimiento del negocio y la visión estratégica, la experiencia y la frescura en el uso de la comunicación digital ayudan a las empresas en su transformación. Y esa mezcla de ingredientes se consigue mediante la mezcla de talento joven y ‘talento senior’. No lo digo porque en mi empresa la edad media sea de 28 años, sino porque, además, viendo las estadísticas empresariales del INE, solo un 13 % de las empresas perdura más de 20 años. Y si echamos un vistazo a las empresas longevas españolas, comprobamos que ellas también han sabido combinar acertadamente el talento senior y el talento joven.
Hugo Albornoz
CEO de Neolabels