“The U.S. Constitution doesn´t guarantee happiness, only the pursuit of it. You have to catch up with it yourself” (La Constitución de EE.UU. no garantiza la felicidad, sólo la búsqueda de ésta. Cada persona debe conquistarla para sí misma”).
Benjamin Franklin
Esta célebre frase de Benjamin Franklin en la declaración de independencia de Estados Unidos, podríamos adaptarla perfectamente a la relación e importancia del coaching en cualquier proceso formativo. La trasformaríamos de la siguiente manera: “la formación no garantiza el aprendizaje, solo la búsqueda de éste. Cada persona debe conquistarlo por sí mismo”. Esto último es una de las grandes aportaciones que el coaching puede hacer a la formación en nuestro país, proporcionar las condiciones necesarias para que los alumnos puedan aprender, partiendo del compromiso que estos adquieren con el proceso de cambio que todo aprendizaje implica. Sin compromiso no hay éxito, y el coach se encarga de guiar y generar la confianza para que esto sea posible.
El coaching proporciona herramientas y reflexiones, siendo consciente de que el camino hacia el cambio, hacia el aprendizaje y al consecuente crecimiento personal y profesional solo lo puede recorrer uno mismo con determinación y perseverancia. Como dice Robert Schank, “el aprendizaje ocurre cuando alguien quiere aprender, no cuando alguien quiere enseñar”. Aquí radica el principal problema de la educación en España, donde nos focalizamos en que la enseñanza proporcione mucho conocimiento, mucha información a memorizar, pero descuidamos la aplicación de esto a nuestras realidades personales y profesionales. La única forma de aprender es haciendo cosas que sirvan, que tengan significado, y ahí, es donde el coaching, a través de su metodología, tiene un papel relevante.
La acción es otra de las grandes aportaciones del coaching a la formación, ya que todo lo que se aprende en los procesos se pone en práctica inmediatamente y se utiliza. Esto lleva un tiempo, una reflexión y un seguimiento individualizado. No podemos pretender cambiar la forma en que nos han enseñado a aprender de la noche a la mañana. La dificultad aquí está en que vivimos en una sociedad extraordinariamente enfocada a resultados, donde no somos capaces de ver que la paciencia de entender lo que estudiamos y su aplicabilidad práctica, tiene más poder que la fuerza de la memorización y de las calificaciones.
El éxito de la combinación de coaching y formación se basa en que el coaching pone el foco en el desarrollo de las habilidades “no técnicas”, trabaja las emociones para que los alumnos las reconozcan y sepan gestionarlas eficazmente.
Un estudio aportado por el proyecto Manpower sobre coaching empresarial, señala que las compañías que combinan el coaching con programas de formación mejoraran la rentabilidad en un 85 %, en contraposición al 23 % de las que solo utilizan la formación.
Los cambios que estamos viviendo en la sociedad están creando nuevas realidades, que requieren de formaciones distintas, de estudios que combinen aspectos técnicos con habilidades emocionales porque la alineación y coherencia de este entrenamiento, junto al encuentro de nuestro propósito en la vida, será lo que nos lleve a resultados extraordinarios. El futuro de la formación está en entrenar personas que sean capaces de aprender a emprender, una vez que han aprendido a aprender de sí mismas.
José Manuel Tallón
Socio fundador de Escuela Internacional de Negocios Empresariales (EINE Formación)