La energía se ha convertido en una de las preocupaciones del siglo XXI. La difícil situación económica, unida a la imparable subida de la luz, hace que la energía se esté convirtiendo en un bien inaccesible para muchas empresas y familias. Estamos hartos de escuchar que son muchos los hogares que se han visto obligados a no asumir la factura de la luz y ya son muchas las empresas que ven difícil asumir el incremento.
Y de la preocupación social y empresarial pasamos a la preocupación de las Instituciones Públicas y Gobiernos. Europa está siendo cada vez más indulgente con sus normas medioambientales y sigue promoviendo con más asiduidad medidas de ahorro energético y respeto con el entorno. Así el pasado 1 de junio, entró en vigor el nuevo decreto ley 235/2013, una regulación que obliga a establecer el Certificado Energético de todos los inmuebles a la venta o en alquiler. Con este documento, se determinan los niveles de consumo energético y la emisión de CO2, a través de su calificación, que va de la “A” a la “G”, siendo el “A” el más favorable en cuanto a eficiencia energética y el “G” el menos eficiente. Con esta normativa de Certificación Energética se pretende promover la eficiencia de los edificios, en un entorno en el que los recursos energéticos son limitados y muy costosos. Un problema con el que convivíamos en Persax desde hace tiempo. Por ello, hace más de una década que tenemos autoimpuesta la obligación de esta certificación; porque en la eficiencia está el secreto energético del futuro.
El problema es que no todos hemos sido conscientes de esto y en España, por ejemplo, no conocemos todavía el gran ahorro energético que podemos conseguir utilizando los materiales adecuados. La sociedad entiende que el ahorro energético pasa por la utilización de electrodomésticos más o menos eficientes, y en abrigarnos, o todo lo contrario para poner menos la calefacción o el aire acondicionado. Pero lo cierto es que podemos conseguir un gran ahorro, a través de la envolvente o la fachada, ya que las mayores pérdidas energéticas se producen a través de esta, ya sea por el hueco de la ventana, la propia ventana, cajones de persiana o cubiertas.
Las medidas para conseguir el ahorro deseado se dividen en dos grupos, según especifica el IDAE, (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía): las medidas relativas a la envolvente y elementos constructivos y las medidas sobre los sistemas. En el primer caso, las fachadas, cubiertas, cerramientos y por tanto ventanas y persianas juegan un papel fundamental. Y es que este es uno de los puntos más vulnerables, ya que pueden suponer la entrada de corrientes de aire, calentamiento del cristal y aumento de la humedad, si no existe un buen aislamiento. Dentro del hueco de la ventana uno de los puntos a destacar es el cajón de persiana, un elemento esencial que va montado como una parte más de la carpintería, para conseguir mayor eficiencia. Un aspecto fundamental para diferenciar los más eficientes es conocer cuál es su coeficiente de transmitancia térmica (U), que es el flujo de calor (W) entre la superficie (m2) y la diferencia de temperatura (K). De este cálculo se obtiene un resultado, y cuanto menor valor resulte, mayor es su eficiencia. Uno los cajones que existen en el mercado es el Cajón Energy de Persax, con valores de aislamiento térmico y acústico de los más altos que existen en el mercado actual: simulación térmica: U=1,20 W/m2k, clasificaciones: aire (clase 4), agua (clase E 1200) y viento (seguridad 3000Pa).
Por su parte, la utilización correcta de soluciones de control solar, como persianas, celosías, estores y toldos constituyen un elemento viable para reducir el consumo energético y minimizar el uso de climatizadores en el hogar, ya que se puede reducir la temperatura ambiente en unos 9º en verano, tal y como se extrae del estudio realizado por el Centro de Fomento de la Investigación Sostenible de la Universidad de Minnesota. Además permiten una reducción de entre el 30 y el 50 % del consumo eléctrico en la climatización de las estancias.
Ser eficiente es ya una obligación, ¿nuestra asignatura pendiente? Conocer realmente todas las posibilidades de la eficiencia energética. La envolvente sin duda no puede permitir un gran ahorro económico.
Lorenzo Herrero
Director adjunto de Persax Grupo