La inflación existente lleva a las empresas a reducir su morosidad durante el primer trimestre de 2023. Esta es una de las principales conclusiones que podemos extraer del Observatorio de Morosidad llevado a cabo por CEPYME, con la información suministrada por CESCE e Informa D&B, entendiendo por morosidad toda deuda comercial entre empresas que no ha sido pagada 60 días después de lo acordado.
Así, en este primer trimestre, el periodo medio de pago se situó en 2,4 días por debajo del registrado en el mismo periodo del año anterior, situándose en los 82,1 días, el plazo medio más breve para ese periodo desde 2015. Esto a pesar haber subido el periodo medio de pago con respecto al trimestre anterior: de 80,3 días a 82,1, algo que sucede por la estacionalidad propia del comienzo de ejercicio.
¿Cuál es la razón de esta bajada? El resultado de una gestión prudente de la tesorería de las empresas, estimulada por el aumento de los precios, la restricción del crédito y los mayores gastos financieros, señalan desde CEPYME. Una gestión que busca evitar la erosión del valor real de los cobros pendientes que provoca la inflación y paliar el aumento del coste financiero de la deuda comercial.
Se amplía la brecha entre los principales sectores, que supera los 53 días por la diferencia entre el plazo medio de pago de la industria, con más de 125 días y los servicios, que alcanza los 72 días. Esta brecha viene derivada por la evolución del periodo medio de pago en el subsector electricidad, gas y agua. Sin la misma se reduciría casi un día.
Por su parte, la construcción ha vivido ocho descensos interanuales consecutivos, correspondiendo la reducción más prolongada a servicios, con un periodo medio de pago de casi 16 jornadas menos que en el primer trimestre de 2022 gracias al comercio minorista y la venta de vehículos, siendo los periodos medios de pago de estos subsectores los más reducidos desde 2007, con 65,5 y 63,1 días.
Y, aunque se reduce el PMP a nivel nacional, aumentó en términos interanuales en nueve autonomías junto a Ceuta y Melilla.
Si hablamos de tamaño de empresa se reduce en las pequeñas y medianas. En las primeras más de 8 días si lo comparamos con el mismo periodo en 2019, y cinco en las medianas. Las micro muestran un trimestre peor con casi cuatro jornadas más que el mismo periodo del año anterior. En cuanto a las grandes sube casi un 28 %, hasta los 74,6 días, por el denominado “efecto escalón”, al producirse en el primer trimestre de 2022 una caída de 21,4 días, por lo que la subida real en este caso es mucho más moderada, señalan desde CEPYME.
En cuanto a la deuda comercial, que incluye la que no está en mora y la morosa, el coste de la primera superó los 1.300 millones de euros en el primer trimestre y la segunda ascendió a 1.348 millones, por lo que, según el estudio, las pymes han hecho frente a un coste financiero de 2.649 millones de euros durante este primer trimestre de 2023, un 97,5% más que un año antes. Desde 2021 estas compañías no sufrían un coste tan elevado de su deuda comercial. La deuda comercial total (ordinaria y morosa) de las mismas se elevó casi hasta los 200.000 millones de euros, un 19,2 % más que un año antes. Algo que demuestra la dificultad que a las pymes le suponen los retrasos en los pagos, sortear los vetos legales para alcanzar pactos entre partes más allá de los 60 días y contener el desajuste temporal que supone la inflación, lo que limita la capacidad de aumentar la capacidad productiva del negocio.
Por último, en cuanto al índice de morosidad en ventas a plazo, fue de un 51,5, una cifra baja en la serie histórica pero que constituye el tercer aumento interanual consecutivo. Micro y pequeñas empresas sufrieron en mayor medida la morosidad con un índice de 130.3 sobre 100 en el primer caso y de un 103,8 en el segundo, siendo la construcción y los materiales de construcción los más afectados.