Tras el cambio de ciclo político y a tenor de los resultados del último informe presentado por COTEC sobre el I+D+i en España, somos muchos los que nos preguntamos cuáles son las mejores opciones para la financiación de proyectos de I+D+i empresarial. Si bien el incremento global de la inversión en I+D se mantiene por sexto año consecutivo por debajo del crecimiento del PIB y nos aleja del objetivo del 2 % fijado, sí se está recuperando la inversión empresarial en I+D.
El Informe COTEC indica que 2016 es el primer año donde se aprecia un aumento destacable en el número de empresas que hacen I+D, un total de 10.325, casi trescientas más que en 2015, compensando por un lado el retroceso de la inversión pública, pero lejos del aumento sostenido experimentado en los países de la UE. En Europa el gasto empresarial creció un 30 %, un 14 % por encima del PIB.
Ante este escenario, hay sin duda alguna que destacar el papel del CDTI como uno de los principales agentes impulsores en España de la financiación del I+D+i empresarial. Su labor alentando al tejido productivo español a incrementar su gasto en innovación como herramienta de competitividad, no ha cesado durante estos años, mejorando las condiciones financieras y la apertura de nuevos plazos de presentación de líneas de financiación.
Líneas de financiación
En este sentido, las más destacables en estos momentos son la Línea directa de innovación (LDI) y el denominado CDTI Innoglobal. La LDI ha beneficiado en los últimos dos meses a unos 37 proyectos con un presupuesto de 33,7 millones de euros, siendo el presupuesto mínimo financiable de 175.000 millones de euros. El préstamo concedido es de hasta un 75 % del presupuesto financiable a través de los fondos del CDTI, y podría alcanzar el 85% en el caso de que fuese cofinanciado con fondos FEDER. Como mejora encontramos un aumento en el tramo no reembolsable (TNR) o subvención del 2 % en regiones sin disponibilidad de cofinanciación FEDER, y del 5 % donde sí la haya. Aumenta además el porcentaje de anticipo disponible sin exigencia de garantías, del 25 % al 35 % o hasta 400.000 euros. La carencia es de un año desde la finalización del proyecto. Esta ayuda está sujeta a régimen de mínimis.
El CDTI Innoglobal por su parte, está orientado a financiar, mediante subvención a fondo perdido, proyectos de I+D empresarial desarrollados por empresas españolas, que cuenten con la certificación de los programas multilaterales Eureka e Iberoeka, u otros programas bilaterales suscritos por España con diversos países. Se prevé una segunda convocatoria en el último trimestre del año, que permitirá a aquellos proyectos con certificación o informe de dimensión internacional (por ej. Eureka o Iberoeka), obtenido entre mayo y noviembre, optar a financiación en condiciones favorables.
Expectativas en la política de I+D+i
En cuanto a las expectativas en lo relativo a la política de I+D+i, puestas en la reorganización del nuevo gobierno, fundamentalmente son dos: la recuperación de los niveles de dotación presupuestaria de la política de gasto 46 en los PGE, que han sufrido un recorte aproximado de un 30 % desde que comenzó la crisis, y el rediseño estatutario por parte del nuevo Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, de algunas agencias como el CDTI, el CSIC y la Agencia Estatal de Investigación, para que mantengan su autonomía, especialmente en lo que respecta a la financiación de proyectos de I+D+i liderados por empresas.
En este sentido, los cambios esperados no sólo son un compendio de medidas necesarias, sino un conjunto de “mínimos” para poder estar a la par de los organismos similares de nuestros vecinos más aventajados.
En el caso del CDTI, en su último plan estratégico 2018 se pone de manifiesto la intención de abordar nuevos paradigmas que se están gestando en nuestro entorno, como la innovación abierta, la transformación digital y transversal de los sectores, la fabricación 4.0, la sostenibilidad energética y demás retos tecnológicos que nos impactan en el día a día.
Igualmente, la estructura jurídica del CDTI permite la agilidad suficiente como para gestionar y financiar las necesidades de nuestras empresas, centros tecnológicos y agentes promotores de la innovación, con criterios de eficiencia, transparencia e impacto.
Este plan estratégico en principio contaba con alguno de los “pilares” de soporte que en mi opinión serían: dotación presupuestaria reflejada en los PGE y en las dotaciones propias del CDTI y el respaldo de instrumentos y programas con un claro impacto en las necesidades empresariales. A raíz de la creación de un nuevo ministerio, que arrastra una metamorfosis desde al menos una década, se viene a dotar del poder político necesario en cierto modo para colocar a la I+D+I empresarial en el lugar que se merece.
En conclusión, los cambios institucionales que se esperan a raíz de la creación del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades impactarán de forma positiva en la I+D+I empresarial, en la medida que se materialicen en una mayor autonomía en la gestión, mayor dotación económica y la inclusión de nuevos ámbitos de la innovación en un sentido amplio.
Alfredo Colombano
Senior manager en innovation performance en Ayming