Hay datos que dan miedo. En el mundo hay 1.240.000.000 de personas que no se sienten comprometidos con su trabajo o directamente lo aborrecen. Este es uno de los datos extraídos del evento Expocoaching, que tuvo lugar en Madrid a finales de abril y en el que se dieron pautas para que cosas así no sucedan, sacar la mejor versión de nosotros mismos en las empresas, por poner algunos ejemplos. Todo ello puede mejorarse con el coaching empresarial, que puede darse de manera grupal o personal. Porque tal y como se dijo durante las jornadas, el coaching es la base de las compañías.
ES importante saber qué nos está ocurriendo y porqué ya que cuando pierdes, comienza a deteriorarse tu confianza en ti mismo y por consiguiente la moral y la energía, convirtiéndote en un perdedor. “Y no hay nada peor que empezar una batalla sabiendo que vas a perder”. Quien pronunciaba estas palabras era el extenista, ahora reconvertido en coach, Emilio Sánchez Vicario, encargado de abrir las jornadas. Por ello recomendó hacer aquello que sabemos hacer bien y si tenemos una dificultad volver atrás.
¿Cómo competir en un estado ideal? Se necesita energía y crear un hábito, entrenando, valorando lo realmente importante porque si no lo haces, perderás las partidas.
En esto influyen tanto las herramientas que posees como tus estudios, cómo lo haces y cómo estás físicamente ya que el estado físico te permitirá llegar hasta determinados lugares. Creer en ti también es fundamental. Tienes que crear tu propia autoestima y darlo todo, pero lo que marca la diferencia es tu estado mental porque es lo que canalizar todas las energías para poder llegar a un punto e ir salvando obstáculos, ganar a la adversidad, a las emociones y conseguir tu propósito, apoyándote en ocasiones en otros.
Por todo ello las empresas buscan el apoyo de coaches, con el fin de llegar a las personas y que los empleados sigan las mismas directrices.
Liderar el futuro o “jefear” el pasado
Pilar Gómez Acebo, asesora de directivos, coaching de alta dirección y escritora de varios libros, entre ellos “La gestión de la mala leche”, centró su ponencia en cómo liderar las empresas.
Recordó que uno de los problemas de la sociedad actual es que vivimos para afuera en lugar de cultivar nuestro contenido interno, por lo que no podemos dar lo que no trabajamos internamente. “La vida es muy simple pero no es fácil”, recordó. “Pero para llegar a la simplicidad de la vida se requiere observar y escuchar, asignaturas en las que suspendemos y que están detrás del éxito y de casi todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor”. Todos damos muchas pistas de lo que puede pasar, comentó, aunque no queremos ni observar ni escuchar, por lo que sufrimos las consecuencias. El coach es el que hace crecer al otro. Y es que las relaciones se basan en protagonismo y reconocimiento, dos cosas que todos necesitamos porque si no lo tenemos. Recomienda construirnos internamente porque si nos manejamos nosotros mismos otros no lo harán por nosotros.
Un dato que llama la atención es que España es el segundo país de Europa con mayor número de superdotados, aunque tenemos la población más débil de la historia porque no hemos trabajado los sentimientos. Y el sentimiento es previo al pensamiento, apuntó. “Tenemos que saber gestionar las contradicciones y afrontar los problemas porque lo que no se afronta se repite. Hay que ir a las causas que permitan enfrentarse a las consecuencias”.
A la hora de trabajar el interior la experta recordó que esto te permite gestionar por preguntas. “Vamos a implicar y comprometer en lugar de imponer nuestro criterio. Inspirar confianza en vez de ser temido. Y plantear nuevos escenarios en lugar de buscar culpables, porque liderar no es jefear”, expuso.
El éxito empresarial con directivos emocionalmente inteligentes
Las emociones también afectan al ámbito empresarial ya que los trabajadores llevan sus problemas al entorno laboral. Así lo afirmó Jaime Pereira, director general de OMD HR Academy y ganador al mejor blog de RR.HH., en la mesa redonda que tuvo lugar durante el evento. Por esto los responsables de gestionar a las personas deberían ser capaces de gestionar este tipo de problemáticas, declaró, porque las emociones en el trabajo son claves.
Aunque para Blanca Laso, concejal de Economía, Empleo y Consumo del Ayuntamiento de Las Rozas, las emociones nos afectan como nosotros queramos pero lo idóneo es que podamos gestionarlas. Y como las mismas son contagiosas, Belén Domínguez, responsable de Cartera y Retención en el Contact Center de Pelayo, recordó que es importante que el líder se empape de emociones positivas desde primera hora de la mañana, porque las emociones se contagian y tienen que ser lo más positivas posible. En esto el coaching es fundamental, afirmaron los ponentes, ya que se trabaja con el “ser” de las personas para que se den cuenta de todo el talento que tienen. Aporta un mayor compromiso, una toma de decisiones ágil y coherente, una mejora en las relaciones y la comunicación. Por todo ello, Pilar Pascual, presidenta de la Corporación Empresarial Pascual, manifestó que tiene que formar parte de la formación de las compañías ya que las empresas son las personas y las personas somos relaciones. El coaching nos enseña a relacionarnos porque aprender es básico para vivir.
La organización efervescente
“No hay nadie más productivo que aquel que está donde quiere estar”. Este es uno de los lemas de Josep Manel Ventosa, especialista en la gestión del cambio y del compromiso en las organizaciones, quien aseguró que es posible disfrutar del trabajo, aunque comentó que uno de los mayores errores pasan porque todo el poder tiende a ir de arriba abajo, “por lo que la iniciativa es corta, la productividad baja y el nivel de reivindicación elevado” manifestó. Sin embargo apuesta por trabajar con el compromiso de la gente porque si los trabajadores hacen lo que les gusta, serán más felices y esto no tendrá precio. Recuerda que en la mayoría de las empresas todo viene dictado, por lo único que quieren los empleados es irse de las mismas y la energía que se transmite no es positiva. Esto es un peligro, dice, porque las empresas se la juegan y más teniendo en cuenta que en las compañías el 13 % de los empleados están descomprometidos permanentemente.
Ventosa apuesta por las organizaciones efervescentes, donde se fomenta que la gente quiera ir hacia donde vamos y que den lo mejor de sí mismos. Y es que, tal y como recuerda, las organizaciones efervescentes generan una gran productividad. “Las empresas que trabajan el respeto por las personas duran más tiempo, ganan más dinero, son más longevas y cuentan con un mayor compromiso por parte de los empleados”, observó. “Si consigues que el 35 % de la gente haga algo, ya no lo puedes parar”.
¿Cómo generar efervescencia? Rodeándote de las personas adecuadas, respondió, aunque también se puede hacer vibrar a la compañía con las personas con las que cuentas. Hay que comunicar hacia dónde vamos y qué vamos a conseguir con ello porque crearemos ilusión, establecer ejemplos a seguir y hacer que el empleado participe, reduciendo el agente inhibidor porque suelen ser los propios directivos los que no hacen nada… Otro punto importante: agradecer en público aquello que hacen. Todo ello dando vías de escape.
En definitiva, cambiar la manera de trabajar y en lugar de hacerlo de arriba abajo, invertir el orden.
¿Cómo hacer que una empresa funcione mejor?
Las empresas piden a los ejecutivos que sepan liderarse a sí mismos, manifestó Laura Cantizano, coach ejecutiva, considerada una de las seis mejores del panorama actual, tras un amplio estudio realizado.
Recordó que tenemos que tener la capacidad de trabajar nuestra autoestima porque muchas veces no nos aceptamos porque estamos buscando la percepción, cosa que no existe y nos lleva a la frustración. Autoliderarse significa aceptarse, respetarse, tener más orgullo de aquello que conseguimos, más satisfacción personal y más valores porque con los valores somos capaces de construir. Asimismo dijo que es importante conocerse, saber cuáles son las habilidades que tenemos, cuál es nuestro talento, qué nos gusta porque si sabemos esto podremos potenciarnos.
Recordó que cuando nos contratan lo hacen en parte por nuestros conocimientos pero una parte muy importante depende de cómo eres. Y el equilibrio es uno de los talentos más buscados, por lo que tenemos que saber gestionarnos.
También se buscan personas que asuman riesgos y rompan moldes. Gente con vocación emprendedora, sin miedo al qué dirán de nosotros. Y dentro de los emprendedores, alguien creativo que nos sorprenda. Todo ello junto con otro de los valores más buscados, el de la comunicación, “porque un genio es aquel que sabe decir lo que tiene en su mente, transmitiéndolo al mundo. Comunicar tiene que ver con tu capacidad de tener empatía, en cómo lo dices y qué dices. “Hablar menos e impactar más porque todas las palabras tienen que impactar y generar beneficio”. En definitiva, comunicar con emoción porque si no, no funciona, explicó Cantizano.
Y trabajar en equipo porque el talento de uno motiva el talento del otro.
Cómo sacar el talento de las personas en la empresa
Personas que cambian, organizaciones que crecen. Otro de los lemas de la jornada, esta vez de la mano de Ignacio Berbabé, uno de los 15 mejores expertos mundiales en tendencias de Recursos Humanos. Esto proviene de los cambios que realizamos porque todos hemos experimentado importantes transformaciones en nuestra vida, cosa que solo sucede cuando tenemos un gran motivo para hacerlo. “No sobreviven los más fuertes sino aquellos que son capaces de encontrar un significado a los que nos está ocurriendo”, expresó. En esto, como en todo, influye mucho el pensamiento positivo que nos hará desarrollar nuestro talento, felicidad, salud… Y tras el cambio personal podemos conseguir el cambio en lo organizacional, la oportunidad de crecer. Aunque también advierte que el cambio genera incertidumbre y requiere de valentía. “A veces es doloroso porque hay que romper con creencias, prejuicios sociales…, por lo que no todo el mundo está dispuesto a hacerlo y no todos tienen las habilidades necesarias para realizarlo por sí mismos”.
Sin embargo, reconoce que vale la pena intentar el camino hacia la transformación, ir hacia el camino del crecimiento, disfrutando de un camino que nos ayude a conseguir los objetivos más altos, al tiempo que comenta que si algo nos ha enseñado la crisis es que si queremos buenos profesionales, necesitamos buenas personas y felices que nos ayuden a que otros también lo sean.
Por ello recomienda hacer de las empresas espacios de crecimiento personal y profesional, trabajando parra que la gente se descubra y saque lo mejor de sí misma.
¿Cómo favorecer a este cambio en una organización? No se podrá hacer un cambio significativo sin visión, criterio y pasión, afirma. De ahí su lema “personas que cambian, organizaciones que crecen”, porque no se puede realizar ningún cambio si no se cree en las personas. “Creer para crecer y crecer para ser”, concluyó.
INMA ELIZALDE